Pese a su mala fama y los problemas que han traído, las redes sociales tienen un lado muy positivo. Son herramientas que también se usan para investigar y divulgar conocimiento.
Las redes sociales no pueden ser verdaderas ‘plazas públicas’. Menos aún las que tienen un solo dueño y son privadas, como va a ocurrir ahora con Twitter.
En el metaverso, los objetos digitales que se pueden poseer - tu avatar y la ropa del avatar, por ejemplo - son ‘criptoactivos’.
Duncan Rawlinson - Duncan.co/Flickr
¿Blockchain? ¿Criptoactivos? Dos investigadores que estudian las redes sociales y la tecnología de los medios de comunicación explican la tecnología que hará posible el metaverso.
A día de hoy el metaverso ofrece, sobre todo, experiencias lúdicas. Sin embargo, marcas y empresas están buscando el modo de crear y asegurarse el negocio en esta nueva forma de internet.
Gabriel Boric (a la izquierda) con un meme de campaña en su camiseta, y José Antonio Kast (a la derecha) representando a Capitán América en TikTok.
gabrielboric/twitter y joseantoniokas/tiktok
Del funcionamiento de la comunicación digital de los candidatos a las presidenciales chilenas hemos aprendido el enorme valor de los directos, del contenido orgánico generado por el usuario por encima del pagado y la rápida condena pública a la desinformación.
Los riesgos del metaverso se centran en gran medida en la falta de transparencia, honestidad y responsabilidad de las personas detrás de los avatares que lo habitarán. No se trata, pese a las apariencias, de un entorno meramente lúdico o neutral.
Uno de los principales riesgos de los metaversos puede ser la obsesión por llevar vidas utópicas, con un progresivo alejamiento de la realidad y una posible inmersión irreversible para algunos.
Declarar el robo de nuestros datos, prohibir los algoritmos antipolíticos y dividir a las grandes tecnológicas son algunas de las posibles estrategias para poner freno al capitalismo de la vigilancia.
Twitter fue el gran ganador tras la caída de las redes sociales del universo Facebook y no solo porque estuviese operativa sino porque fue capaz de generar un diálogo que le dio gran protagonismo.
El enfoque de Instagram en fotos filtradas de cuerpos daña la autoimagen de las jóvenes.
Thomas Barwick/DigitalVision via Getty Images
Existe amplia evidencia sobre el daño que Instagram causa para los adolescentes, especialmente sobre su imagen corporativa. La propia investigación de Facebook confirma esto.
Los cambios en las condiciones de servicio de la aplicación que entran en vigor el 15 de mayo ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre la ciudadanía digital.
Reforzar la producción profesional de noticias garantizando la viabilidad económica de las empresas que las producen es una pieza clave para combatir la desinformación.
Las plataformas virtuales no son un sustituto de la comunicación interpersonal cara a cara. Por el contrario, si no las utilizamos correctamente, pueden contribuir a aumentar las dificultades para relacionarnos con los demás.
Busquemos lecciones positivas en la pandemia: la filosofía nos ayuda a salir del catastrofismo; la ética, a entender lo que deberíamos hacer y no hacemos. Resistirse al desprecio de la verdad y al avance de la soledad.
Manifestantes en Nueva York en junio de 2017 demandaban aclaraciones sobre la posible interferencia rusa en las elecciones de 2016.
Eduardo Munoz Alvarez/AFP
Sophie Marineau, Université catholique de Louvain (UCLouvain)
La interferencia rusa marcó profundamente la elección presidencial norteamericana de 2016. Cuatro años después, analizamos la forma y el impacto de la desinformación procedente de Rusia.
Facebook, de quién se dice que conoce más a sus usuarios que la CIA en Estados Unidos, puede predecir si acudiremos a un servicio de urgencias semanas antes. Y solo a partir del lenguaje que usamos.