Se llama incendios de sexta generación a los fuegos de grandes dimensiones difíciles de extinguir. Para estimar los daños que dejan y regenerar la zona se usan imágenes de satélite y otras herramientas tecnológicas.
¿Es malo talar árboles? ¿Son siempre dañinos los incendios? ¿Hay que limpiar los bosques? Algunas falsas creencias forestales impiden que se haga una correcta gestión de la naturaleza para conservarla.
Agustín Rubio Sánchez, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) and Rafael Calama Sainz, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)
Alrededor de un tercio de las emisiones antropogénicas de CO₂ son absorbidas por los ecosistemas terrestres, principalmente por las masas forestales.
Los ecosistemas isleños son más vulnerables que los continentales. Cabras, ovejas, muflones y conejos rompen el equilibrio natural de los valiosos bosques silvestres de Canarias.
Agustín Rubio Sánchez, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) and Rafael Calama Sainz, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)
Los habitantes de las ciudades y del medio rural entienden las masas forestales de diferente manera. El mismo bosque puede verse como un ornamento natural, una fuente de ingresos o un refugio de biodiversidad.
Las consecuencias del calentamiento global y la degradación forestal están afectando a las poblaciones de los árboles preferidos para fabricar algunas de las guitarras más populares entre los roqueros.
Incrementar el número de especies de las masas forestales y potenciar su crecimiento allí donde sucede de forma natural contribuye a aumentar la resiliencia de los bosques ante alteraciones ambientales.
En un contexto de cambio climático, proteger la salud de las plantas es clave para conservar la biodiversidad, luchar contra la pobreza y evitar la difusión de enfermedades.
Para comprender las barreras a las que se enfrentan las especies en peligro de extinción cuando tratan de moverse por su hábitat es eficaz estudiar su entorno como si fuera un tablero de circuitos eléctricos.
La creación de anillos, cinturones y murallas verdes e islas de biodiversidad es una estrategia ecológica solvente y económicamente sólida para paliar los efectos del cambio climático.
Diferentes incendios están afectando a los grandes humedales y cuencas de grandes ríos de Sudamérica, perjudicando la biodiversidad, el ciclo hidrológico, los balances de CO₂, el clima e incluso la salud de la humanidad.
Los claros del bosque entre arbolado favorecen la regeneración de nuevas especies de plantas, y consecuentemente de nuevas especies de fauna como insectos, aves y murciélagos.
Diversos programas internacionales tratan de compaginar la conservación de la naturaleza y la seguridad alimentaria en los asentamientos de Bazar de Cox. La pandemia de COVID-19 los ha paralizado.
La nueva estrategia de biodiversidad de la Unión Europea incluye la plantación de 3 000 millones de árboles para conservar y restaurar los ecosistemas.
Los sumideros terrestres absorben cada vez menos CO₂ y es previsible que en apenas unas décadas los ecosistemas emitan más dióxido de carbono del absorbido.
La conservación de la naturaleza es una cuestión esencialmente ética que se debe basar en creencias, valores y principios biocéntricos compatibles con el respeto a las diferentes formas de vida.
Sembrar el planeta de bosques, como sugiere el Foro de Davos y apoya Donald Trump, no va a contrarrestar el CO₂ liberado durante millones de años e, incluso, puede aumentar las emisiones de este gas.
Para evaluar una reforestación debemos comprobar si ha cumplido su objetivo principal que puede ser productivo, de restauración hidrológica, de incremento de la biodiversidad o de captura de carbono.