Establecer programas universales de comedores escolares es una política pública muy beneficiosa en el largo plazo. Un estudio hecho en Suecia muestra, a lo largo del tiempo, mejores datos de escolarización, talla y peso, e incluso mayores ingresos al alcanzar la vida laboral.
Las horas de la comida son un intervalo largo en mitad de la jornada escolar que precisa atención especializada. Hay una labor educativa y social que solo se puede cumplir con formación específica.
Cuando comemos en restaurantes tendemos a elegir platos menos saludables que los que elaboraríamos en casa. ¿Aumenta el riesgo de desarrollar exceso de peso? ¿Cómo podemos evitarlo?
El sistema de alimentación de los colegios depende de distintos actores, de agricultores a empresas de restauración. Unos más que otros han podido adaptarse al cierre de los centros.
Investigadora en el Laboratorio de Transformaciones Urbanas y Cambio Global (TURBA) del Internet Interdisciplinary Institute (IN3), UOC - Universitat Oberta de Catalunya