La economía circular multiplica el valor y la vida de los productos, reduce la generación de residuos y es eficiente en el uso de los recursos. El objetivo, ser sostenibles.
Aunque parece que los residuos son inevitables en ciertas situaciones, en realidad son el resultado de las decisiones de diseño. En la naturaleza no hay desechos, es un concepto introducido por los humanos.
En la naturaleza no existen desechos: los generados por un ser vivo son el alimento de otro. Las biorrefinerías tratan de imitar este sistema circular transformando la materia orgánica en bioproductos y bioenergía.
Recoger residuos plásticos del océano es una tarea más complicada de lo que parece. Extraerlos puede perjudicar a algunos seres vivos que los han convertido en su hogar y su degradación y fragmentación en el agua hace que sea difícil reutilizarlos.
La lentitud de los procesos burocráticos y una normativa no adaptada a las nuevas tecnologías son algunos de los factores que más frenan el desarrollo de las empresas de bioeconomía circular.
Sustituir materias primas convencionales por subproductos agroindustriales o residuos de cosechas reduce los costes de producción y la contaminación del ganado y mejora su salud y la de las personas.
El PIB per cápita mide la riqueza media por persona de un país pero cuanto mayor sea la desigualdad menos reflejará este índice la calidad de vida media de las personas.
La economía circular no se estudia todavía como asignatura en casi ninguna carrera del sistema universitario español. Una serie de seminarios específicos han tenido gran aceptación entre estudiantes de grado.
En un estudio reciente, los autores han detectado microplásticos en el producto de plantas de compostaje que se emplea como fertilizante natural en suelos agrícolas.
La economía circular busca evitar el agotamiento de recursos y facilitar el desarrollo sostenible pero para ello es necesario que haya un cambio radical en los procesos productivos.
En la economía de rosquilla la circunferencia exterior marca los límites ecológicos del planeta y la interior los mínimos sociales deseables: fuera hay sobrecarga ecológica, dentro, pobreza. La rosquilla representa un entorno justo y seguro para la humanidad y el medioambiente.
Tras el último informe del IPCC, y con vistas a la próxima COP26, hemos preguntado a expertos en ámbitos como el transporte y los sistemas agroalimentarios qué debemos hacer para reducir la generación de gases de efecto invernadero.
El objetivo del proyecto FuturEnzyme es incorporar nuevas enzimas en la producción de textiles, detergentes y cosméticos para disminuir su huella energética y el consumo de agua, entre otras ventajas.
Una vez alcanzan el fin de su actividad, que suele durar entre 25 y 30 años, los paneles fotovoltaicos deden reciclarse, pero el proceso no es sencillo y no existen aún incentivos suficientes.
Las excreciones humanas y animales, los productos de limpieza y detergentes y los fertilizantes que provienen del suelo que llegan a las depuradoras son ricos en este elemento.
La obtención de este bivalvo tiene una baja huella de carbono. Además, a su concha se le ha dado tradicionalmente multitud de usos: desde instrumento musical hasta material de construcción.
Profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática y miembro del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, Universidad de Valladolid