Los algoritmos y la publicidad nos muestran contenido personalizado, creando la sensación de que algo es más popular de lo que realmente es. Esto se conoce como el efecto Baader-Meinhof.
Al elegir a quién seguir en las redes sociales o los contenidos personalizados de determinados medios creamos burbujas de información que producen un aislamiento intelectual de los puntos de vista contrarios. Estas “cámaras de eco” refuerzan las visiones personales y, por ello, nuestra interpretación del mundo.