Las plataformas virtuales no son un sustituto de la comunicación interpersonal cara a cara. Por el contrario, si no las utilizamos correctamente, pueden contribuir a aumentar las dificultades para relacionarnos con los demás.
Busquemos lecciones positivas en la pandemia: la filosofía nos ayuda a salir del catastrofismo; la ética, a entender lo que deberíamos hacer y no hacemos. Resistirse al desprecio de la verdad y al avance de la soledad.
Manifestantes en Nueva York en junio de 2017 demandaban aclaraciones sobre la posible interferencia rusa en las elecciones de 2016.
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La interferencia rusa marcó profundamente la elección presidencial norteamericana de 2016. Cuatro años después, analizamos la forma y el impacto de la desinformación procedente de Rusia.
Facebook, de quién se dice que conoce más a sus usuarios que la CIA en Estados Unidos, puede predecir si acudiremos a un servicio de urgencias semanas antes. Y solo a partir del lenguaje que usamos.
Muchas aplicaciones ofrecen la posibilidad de iniciar sesión con una cuenta de Google o Facebook.
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Si bien es más cómodo que crear una nueva cuenta en cada web o 'app' que utilizamos, iniciar sesión a través de algún proveedor externo como Facebook o Google supone riesgos para la privacidad.
Los proveedores de contenidos como Netflix, Google, Facebook y Amazon aprovechan la infraestructura de los operadores de internet sin pagar sus costes. Lo hacen amparados por la regulación europea.
Bajo la superficie de las palabras digitales laten interesantes sistemas de marcado semántico para que las máquinas entiendan mejor sus significados.
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Creamos contenidos para influir sobre personas, pero tenemos que pasar previamente por el filtro de la máquina. Todo lo que escribimos y la manera en la que interactuamos en la red alimenta el poder de las grandes tecnológicas como Google, Facebook, Apple y Amazon.
Las grandes empresas tecnológicas dificultan el desarrollo de los agentes culturales tradicionales, pues controlan ya las industrias mediáticas digitales a nivel global.
Pancarta de apoyo a Evo Morales durante una manifestación ante la Embajada de Bolivia en Buenos Aires el 11 de noviembre de 2019.
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El uso de las redes sociales para justificar el reciente golpe de estado en Bolivia enfatiza cómo tales herramientas pueden ser manipuladas para apoyar salidas menos institucionales.
El tiempo decidirá si con este proyecto Facebook está invocando un inmenso poder, o es un paso más en el imparable avance de Internet.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, se hace un autorretrato durante un acto de campaña en Como, Italia, en abril de 2019.
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El político italiano ha entendido la relevancia de las redes sociales y se sirve de ellas para comunicarse con sus votantes, pero también para hacer política.
Nunca antes hemos estado más conectados. Las redes sociales pueden fortalecer relaciones. Sin embargo, un uso excesivo puede hacer que nos sintamos cada vez más solos.
Las redes sociales pueden ser un igualador social, pero también pueden ser un arma que nos manipula y elimina nuestra privacidad. Una gran parte de la responsabilidad es nuestra.