La educación superior debe ser más decidida en su lucha contra la desinformación y las noticias falsas con programas de alfabetización mediática que formen cuidadanos críticos.
Los bulos diseñados con inteligencia artificial han irrumpido en la escena electoral mexicana e internacional. Su viralidad se refuerza por los sesgos cognitivos y las inconsistencias del algoritmo.
David García-Marín, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia
En este artículo de la revista Telos, el autor explica la relación entre la capacidad de los algoritmos de transformar la realidad y la adaptación del comportamiento humano a estos cambios, lo que promueve la producción y propagación de contenidos desinformativos.
Una de las tareas fundamentales de la universidad es fomentar que los estudiantes aspiren a la precisión en el uso del lenguaje. La precisión es precisamente la que nos conduce a la verdad.
La relación entre el tamaño del pene y la renta per cápita de un país, o entre la covid 19 y la calvicie, son ejemplos de cuando el sesgo en la interpretación de una estadística se va de las manos.
En el verano de 1944, en la ciudad estadounidense de Matoon, ocurrió un episodio de histeria colectiva, pánico y paranoia que hizo que su población creyera que un “gaseador loco” les atacaba durante la noche.
Ahora que proliferan las complicaciones técnicas para reconocer la falsedad de ciertos contenidos, sigue siendo razonable recordar lo que pierde la sociedad sin la función orientadora de la verdad.
La palabra posverdad se incorporó a finales de 2017 como neologismo en la primera actualización del ‘Diccionario de la lengua española’, recuerda el autor, exdirector de la RAE y catedrático de la Universidade de Santiago de Compostela en este artículo original de Telos.
Se hacen firmes las primeras condenas frente a la utilización de bulos mediáticos para promover el odio contra los MENA, un odio que muchos medios de comunicación difunden y que partidos como VOX alientan.
En plena era de la posverdad en la que las grandes plataformas han perdido el control para poder dar veracidad y legitimidad a los contenidos que albergan se hace más que necesaria la formación y educación de las nuevas generaciones digitales.
El campo de la alimentación no es ajeno al auge contemporáneo de las noticias falsas, que el autor clasifica en siete categorías para identificarlas mejor.
Un estudio ha revisado 5.000 noticias sobre arañas publicadas en internet. La mayoría contienen informaciones falsas y sensacionalistas. La infodemia de las arañas tiene su veneno.
Dall E, Midjourney y Stable Difusion son algunas de las nuevas IA generativas que entran de lleno en la parcela de la creatividad. ¿Esto es arte? Se lo hemos preguntado a GPT-3
La verosimilitud y sencillez de las leyendas urbanas ayuda a su rápida transmisión en la sociedad. Sin embargo, debemos ser capaces de distinguir cuándo algo es cierto y cuándo es una historia inventada.
Las protagonistas de ‘Ron da error’ y ‘No mires arriba’ ejemplifican los efectos de la viralidad y la desinformación en los jóvenes. Hay que protegerlos con autoestima, conocimiento y responsabilidad.
¿Podrá la inteligencia artificial acabar con la invasión de bulos? Un equipo de científicos de la Universidad de Jaén y la Universidad de Alicante detecta noticias falsas de forma automática.
Del funcionamiento de la comunicación digital de los candidatos a las presidenciales chilenas hemos aprendido el enorme valor de los directos, del contenido orgánico generado por el usuario por encima del pagado y la rápida condena pública a la desinformación.
Profesor de Psicología Criminal, Psicología de la Delincuencia, Historia de la Psicología, Perfilación e investigador psicosocial. Experto en historia de la novela gráfica., Universidad Camilo José Cela
Profesor e investigador en el Máster de Comunicación y Educación en la Red y el Máster de Periodismo Transmedia, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia