Nuestro cuerpo puede incorporar un sexto dedo robótico, que podemos mover independientemente de los demás dedos, y percibir con él sensaciones táctiles.
Investigadores españoles trabajan en prótesis inteligentes, que evolucionan a medida que el usuario se recupera. Pueden aplicarse a animales de compañía, como perros, pero también a humanos.
La tecnología ha sido la clave de la evolución social. Ha permitido que el ser humano tome medidas que, aplicadas al cuerpo humano, permiten nuestra evolución y transforman el pensamiento social.