En el 45 aniversario del actual período constitucional, el autor hace un recorrido por los textos (más o menos) constitucionales que ha tenido España y argumenta los motivos por los que una revisión del último (de 1978) sería deseable.
Para superar la crisis institucional que vive el Perú su presidente sugiere cambiar la legislación. Pero las crisis no se arreglan solo cambiando las leyes. Se necesita visión de Estado por parte del Gobierno y de la oposición.
Putin reforma la Constitución rusa de 1993, haciéndola más nacionalista y conservadora, y garantizando su permanencia en el poder mediante elecciones hasta 2036.
La opción de la supresión de las autonomías no parece ni viable ni sensata, según plantea la autora, que no obstante defiende una mayor racionalización del actual sistema, evitando duplicidades en la gestión y aumentando la coordinación entre administraciones.
La Constitución Española de 1978 es una norma fundamental fruto de un amplio consenso que ha permitido varias décadas de convivencia en paz. Pero la sociedad ha evolucionado y la Carta Magna ha de evolucionar con ella sometiéndose a reforma.