La inmensa mayoría apoya la democracia, pero cunde la desafección. El desencanto hacia los representantes políticos crece favoreciendo que los regímenes democráticos liberales sean desafiados por regímenes autoritarios iliberales.
Para superar la crisis institucional que vive el Perú su presidente sugiere cambiar la legislación. Pero las crisis no se arreglan solo cambiando las leyes. Se necesita visión de Estado por parte del Gobierno y de la oposición.
Hay dos reglas claves para que una democracia funcione: la tolerancia mutua y la contención institucional. Es necesario aceptar al rival político como un adversario legítimo y excluir de las alianzas a partidos que no aceptan las reglas del juego democrático.
La crisis del coronavirus debe ayudar a reflexionar sobre la actual crisis política y a revertir algunas tendencias preocupantes relacionadas con la calidad de la democracia.