Una auditoría aeronáutica de resultado negativo tiene un impacto significativo en la economía, operación, turismo e incluso la conectividad aérea del país afectado.
Es posible vivir en aeropuertos porque ofrecen muchas comodidades básicas necesarias: comida, agua, baños y refugio. Pero no todos los que se encuentran durmiendo en una terminal quieren estar allí.
Es más que probable que la crisis altere los procesos de la aviación comercial: desde el redimensionamiento de la oferta y la demanda de viajes hasta la operativa aeroportuaria.
Es indispensable determinar los niveles de riesgo a los que se enfrenta el sector aéreo, para poder ofrecer a sus clientes la confianza de que las aerolíneas controlan el posible peligro de contagio.
Ya sea para asistir a conferencias o para sucumbir a la reunión, la comunidad científica mundial está muy interesada en los viajes aéreos. Un hábito que debe cambiar.
José Mansilla, Ostelea - School of Tourism and Hospitality
Los actuales aeropuertos son pensados bajo una mirada más humana. Pero ese término ¿implica que sean considerados espacios para incitar al consumo y obsesionados con la seguridad total?
Los atentados del 11-S propiciaron que en los aeropuertos prevalecieran la seguridad, la prisas y el miedo. Los que se construyen en la actualidad prometen ser lugares felices, las ágoras del siglo XXI.
Profesor en Ingeniería Aeronáutica / Aeroespacial de la UNLP, Director del GTA de la UIDET "GTA-GIAI"; IGAMT Research Director for South America, Universidad Nacional de la Plata