La desdolarización ha ganado interés en los últimos años por el progresivo aumento de poder de los países asiáticos y la pérdida de hegemonía de EE.UU.
Javier Milei ha prometido dolarizar la economía argentina para bajar la inflación. Esta medida haría más vulnerable el sistema financiero ante las crisis de solvencia y liquidez y los movimientos de capital.
La situación económica en América Latina es, cuanto menos, compleja. La pandemia de covid-19 y la guerra de Ucrania han causado diferentes problemas. Y, aunque también existen grandes oportunidades de…
La dolarización de la economía venezolana ha sido la respuesta racional de sus agentes económicos para proteger su riqueza en un contexto de alta inflación y baja credibilidad de la política económica del Estado.
La pérdida de poder adquisitivo es el problema más evidente que conlleva la inflación. Pero también puede afectar a la balanza de pagos de un país pues las subidas de precios hacen caer la competitividad.
Hace un año el autor mostraba su preocupación por la subida en los precios (que en septiembre de 2021 fue del 5,5%). La tormenta que se avistaba en el horizonte va tomando forma de estanflación: inflación sin crecimiento.
La economía europea vive un periodo de gran incertidumbre, las medidas del BCE dependen de factores externos (la guerra, las cadenas de valor…) y la credibilidad de la institución y del euro están en juego.
Un dólar débil favorecerá las exportaciones de EE.UU., lo que tenderá a reducir el desequilibrio comercial estadounidense. Algo muy necesario para la economía norteamericana.
Un euro fuerte aleja el riesgo de inflación pero esconde peligrosas trampas: los productos de la zona euro se encarecen frente a los estadounidenses, perjudicando así a los exportadores europeos.