La pérdida de poder adquisitivo es el problema más evidente que conlleva la inflación. Pero también puede afectar a la balanza de pagos de un país pues las subidas de precios hacen caer la competitividad.
Hace un año el autor mostraba su preocupación por la subida en los precios (que en septiembre de 2021 fue del 5,5%). La tormenta que se avistaba en el horizonte va tomando forma de estanflación: inflación sin crecimiento.
La economía europea vive un periodo de gran incertidumbre, las medidas del BCE dependen de factores externos (la guerra, las cadenas de valor…) y la credibilidad de la institución y del euro están en juego.
Sede principal del Banco Central Europeo en Fráncfort.
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Un dólar débil favorecerá las exportaciones de EE.UU., lo que tenderá a reducir el desequilibrio comercial estadounidense. Algo muy necesario para la economía norteamericana.
Un euro fuerte aleja el riesgo de inflación pero esconde peligrosas trampas: los productos de la zona euro se encarecen frente a los estadounidenses, perjudicando así a los exportadores europeos.