Cuanta más visibilidad política tiene una mujer, más intenso es el ataque hacia ella en las redes. Una investigación sobre las interacciones con tuits de tres políticas españolas evidencia que son denigradas a través del insulto.
Las campañas electorales están plagadas de mensajes insultantes y tóxicos que no hacen más que crear un mal clima entre los ciudadanos que tienen que ir a las urnas.
Desprecios, vejaciones e insultos, especialmente de la ultraderecha, hacia dirigentes feministas o políticas se alían para crear un nuevo enemigo de Estado: el feminismo.
Los insultos que elegimos dicen más sobre nosotros de lo que pensamos. Aunque caemos en la repetición y la falta de originalidad, cada zona tiene sus preferencias.
La ley condena las declaraciones, gestos o insultos racistas dentro y fuera de los estadios. Sin embargo, muchos aficionados siguen protagonizando acciones de este tipo, como las que sufrió el futbolista del Athletic Iñaki Williams, y se observa falta de voluntad de los clubes y las autoridades deportivas para erradicar el discurso del odio.
Director del Centro de Investigación Nebrija en Cognición (CINC) y Director de la International Chair in Cognitive Health (ICCH) en la Universidad Nebrija, Universidad Nebrija
Catedrático emérito de Lengua Española, especializado en análisis del discurso, innovación léxica, Lexicología y Semántica del español, Universidad de Navarra