Los hongos mortales evocan imágenes de setas venenosas capaces de convertir un día divertido en una noche fatal. Pero la realidad es que los hongos más mortíferos son invisibles.
Las esporas más perjudiciales para la salud humana pertenecen casi exclusivamente a los mohos. Estas pueden afectarnos en cualquier lugar, incluso en nuestra propia casa.