La ofensiva terrestre israelí en la ciudad de Gaza con más refugiados palestinos hace temer una catástrofe humanitaria y suscita cada vez más rechazo internacional. Biden, principal aliado de Netanyahu, ha criticado que Israel no cuente con un plan de evacuación.
De Myanmar a Pakistán, estos países tienen conflictos latentes desde hace tiempo o una ciudadanía cada vez más descontenta. Todo podría empeorar en el nuevo año.
La relación entre la UE y América Latina y el Caribe se retoma al más alto nivel el próximo mes de julio en Bruselas después de ocho años sin cumbres de presidentes de ambas regiones. España es la principal impulsora histórica.
La cumbre de Madrid será la presentación en sociedad de la nueva OTAN y servirá para mostrar que los aliados están unidos, comprometidos y preparados para hacer frente a cualquier amenaza, incluso si esta viene desde Rusia.
Pese a la fortaleza del vínculo estratégico entre Rusia y China, ambos países tienen distintas estrategias de política internacional por lo que es improbable que China sea aliada de una guerra de Rusia con cualquier adversario.
La política de tutela de Moscú contra Hungría, Checoslovaquia, Georgia y Ucrania se basa en una especie de acto de “solidaridad socialista” por el que Rusia se atribuye el poder de influir en las decisiones de los líderes de estos países.
Diferentes potencias internacionales como China, India, Pakistán, Turquía e Israel, entre otras muchas, se sirven de los videojuegos para reescribir su pasado e impulsar el patriotismo entre su población. Estos países crean videojuegos con claros fines propagandísticos de índole cultural y política.
En estos días hemos vivido el cumpleaños número 76 de la ONU. La organización nació en 1945 y necesita algunas actualizaciones para adaptarse a los nuevos tiempos. Rígida en algunos procesos y consciente de que necesita modernizarse, es más lo que aporta que lo que resta.
Dos décadas después de los atentados del 11-S el mundo ha cambiado, y EE UU lo ha hecho de manera notable. Ahora mira mucho más hacia dentro que entonces y muchos de sus aliados pueden ver en esto una actitud internacional insolidaria.
El terror de los ciudadanos tras los atentados del 11-S facilitó su complacencia hacia las violaciones de derechos por parte de sus países. Forzados a decidir entre libertad o seguridad, consintieron la cesión de derechos fundamentales propios y ajenos en aras de sentirse seguros. Y el abuso se normalizó.
La ineficacia de algunos organismos internacionales para evitar crímenes de lesa humanidad en países en conflicto envuelve en pesimismo el futuro del pueblo afgano. El recuerdo del fracaso para evitar el genocidio en la antigua Yugoslavia está muy presente.
El anuncio del presidente saliente de Estados Unidos supone un duro golpe a la parte saharaui pero, sobre todo, al Derecho Internacional y a la tradición iusinternacionalista estadounidense.
Profesora contratada doctora en Derecho Internacional Público. Vicedecana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Universidad Loyola Andalucía