La obesidad no solo incrementa el tamaño de nuestros michelines: las células grasas alteradas también aumentan la inflamación del organismo, y eso inflama las encías.
Nos encaminamos hacia una sociedad cada vez más obesa y envejecida, pero aún queda mucho por descubrir sobre cómo interaccionan esos dos factores a nivel fisiológico.
Desde hace años se conoce que las personas obesas son más vulnerables a las infecciones y a las complicaciones derivadas de las mismas. En el caso concreto de la covid-19, el 80% de las personas con manifestaciones severas por coronavirus eran obesas.
Imaginemos el cuerpo de una persona con obesidad como una ciudad amurallada. El exceso de grasa provoca problemas de suministro, de distribución y de entrada de aire que nos hacen más vulnerables a todo tipo de infecciones respiratorias, entre ellas la covid-19.
Nada menos que el 54% de los adultos españoles presenta obesidad o sobrepeso. Con el agravante de que los que más sufren son sus vasos sanguíneos, que acaban siendo víctimas de enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte en el mundo.
Los últimos estudios habían corroborado que la obesidad y la depresión van de la mano. Pero, ¿cuál va primero? un estudio reciente estudia estas variables, incluyendo también la edad y el género.
Investigadora Postdoctoral (IBIMA-UMA) vinculada al grupo de Endocrinología y Nutrición, Diabetes y Obesidad del Hospital Regional Universitario de Málaga., Universidad de Málaga