Las principales consecuencias del conflicto en Rusia y Ucrania serán de índole económica: seguirán aumentando los precios de la energía que impactarán en los precios y subirá la inflación.
La sostenibilidad energética depende de tres factores: el impacto ambiental, la economía y la seguridad, fiabilidad y calidad de los suministros. La UE ha descuidado los dos últimos.
Tras años de cotizaciones a la baja, y pérdidas millonarias en 2020, 2021 fue un año glorioso para las grandes productoras de petróleo que tuvieron beneficios récord y sus acciones se revalorizaron más que la media bursátil.
En 2021, los precios mayoristas de la electricidad en la UE se dispararon y la mayoría de los países experimentaron niveles récord de precios en el tramo final del año.
La energía es un factor clave de la geopolítica mundial y Europa juega en desventaja por su excesiva dependencia del exterior. Debe acelerar su plan de transición energética no solo por sostenibilidad sino también por estrategia.
El carbón, el gas natural, el petróleo y sus derivados han contribuido al desarrollo del mundo contemporáneo y hay industrias que todavía dependerán de ellos durante mucho tiempo.
En el futuro, los patrones de producción, distribución y consumo serán cada vez más sostenibles. Todo apunta a ello, pese a los grandes retos que hay que enfrentar aún y los desiguales ritmos de cambio entre los países.
La historia reciente de Venezuela ha estado ligada al petróleo. Ha sido fuente de divisas y ha condicionado la economía, la política y la vida diaria de los venezolanos.
El Gobierno de España planea crear un Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico que dispone que las empresas petrolíferas deberán contribuir a financiar la transición a una economía electrificada y sostenible.
Un dólar débil favorecerá las exportaciones de EE.UU., lo que tenderá a reducir el desequilibrio comercial estadounidense. Algo muy necesario para la economía norteamericana.
La crisis de la covid-19, la mayor en la zona desde la Gran Recesión, se manifestará mediante la caída en la demanda y los precios de sus exportaciones, el desplome del turismo, la disminución de las remesas.
La cotización en negativo de los precios del petróleo se debe a la caída coyuntural de la demanda, pero muchos analistas vaticinan que cambiará la industria petrolera para siempre.
La expansión de la COVID-19 en el continente africano en general, y en África Subsahariana en particular, tendrá efectos sin precedentes. Los países están tomando medidas anticipadas, pero los vectores económicos de impacto de la pandemia son poderosos.
En medio de la parálisis económica provocada por la irrupción de la pandemia del coronavirus, Arabia Saudí y Rusia sacuden el mercado de hidrocarburos con una guerra de precios.
Cada vez es más difícil extraer petróleo y nuestros estudios confirman que no tenemos tiempo para desarrollar tecnologías que permitan continuar con un creciente consumo de energía como el actual.
Se sabía que la contaminación del aire es mala para la salud del corazón y de los pulmones. Un estudio reciente afirma que también podría ser perjudicial para el cerebro.
¿Cómo es que un país que alguna vez fue el más rico de América del Sur ahora al borde de la bancarrota? Un economista venezolano analiza el descenso de su país al caos.
Catedrática de Historia e Instituciones Económicas, (UPNA). Directora del Institute for Advanced Research in Business and Economics (INARBE), Universidad Pública de Navarra
Profesora del Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática y miembro del Grupo de Investigación en Energía, Economía y Dinámica de Sistemas, Universidad de Valladolid