En la necrópolis megalítica de Panoría (Granada), abandonada alrededor del año 2100 a. e. c., aparecieron los restos de una mujer tardorromana, enterrada en el siglo V.
Aunque las mujeres son casi invisibles dentro de las investigaciones de la Edad de Hierro, tenían un papel importante en el funcionamiento de las sociedades de la época.
Los artefactos de piedra y un diente fósil señalan que el Homo sapiens vivió en la Gruta Mandrin hace 54.000 años, en una época en la que los neandertales aún vivían en Europa.
No es casual el conjunto de tesoros que presentaron al niño. El oro es obvio, pero nuestra imagen del incienso no es la misma que se tenía en la antigüedad, cuando era un bien muy valioso. Las resinas eran un producto de lujo.
Rastrean la evolución del virus de la hepatitis B desde la prehistoria hasta el presente, revelando las rutas de diseminación y los cambios en la diversidad viral.
El asteroide causó el fin repentino de los dinosaurios, pero un estudio muy reciente demuestra que su declive había comenzado 10 millones de años antes.
Los pintores prehistóricos crearon un arte animalista que no puede explicarse solo en términos utilitarios. Lo hacían representando animales, esos otros seres con los que compartimos nuestra existencia.
Josep M. Parés, Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)
Un reciente estudio presenta evidencias que sugieren que las variaciones del campo geomagnético del planeta afectó a la evolución de nuestros antepasados.
Un estudio europeo liderado por el Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC trata de demostrar que la cultura material afecta nuestros modos de pensar, atender y razonar.
Analizar los restos esqueléticos antiguos nos permite conocer el origen de una determinada enfermedad, su transmisión, su distribución preferente en el organismo, la evolución de la respuesta inmunitaria en el hombre y los factores que contribuyeron al fallecimiento de las víctimas.
El hallazgo, que procede de depósitos de hace más de 60 000 años, se parece mucho a miles de puntas de flecha de hueso usadas por los cazadores-recolectores indígenas desde el siglo XVIII hasta el XX.
Los restos hallados en la excavación de la Cova Foradada de Calafell demostrarían que los neandertales penetraron en la Península Ibérica mucho más de lo que se creía.