Las expectativas respecto al trabajo han cambiado: además de ingresos, los trabajadores quieren también su desarrollo personal. Ahora las organizaciones deben plantearse el bienestar de sus miembros.
La digitalización ha generado enormes economías de escala, favoreciendo así a las grandes empresas. ¿Sería posible una reorganización de las organizaciones que contrarreste el enorme poder alcanzado?
Más allá del confinamiento, el teletrabajo crece. Los recursos disponibles permiten a las empresas organizar, con una mínima infraestructura, grupos de trabajo sin que la distancia sea un obstáculo.
Director del Master in Talent Management de Advantere School of management / Profesor asociado de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales de la Universidad Pontificia Comillas, Universidad Pontificia Comillas