Los problemas de tráfico o la excesiva hojarasca se esgrimen para justificar la eliminación de especies vegetales en las ciudades. Con ellas desaparecen sus efectos positivos en el medio ambiente y las personas.
Los cambios en el uso del espacio público y de algunas partes de los edificios observados durante el confinamiento pueden servir de guía para rediseñar las ciudades aprovechando lo que ya existe.
Para saber si los patinetes eléctricos contribuyen a reducir las emisiones provocadas por la movilidad urbana, debemos analizar el impacto ambiental durante todo su ciclo de vida.
Las respuestas de los ciudadanos a la pandemia están produciendo cambios urbanos relacionados con el transporte, la dispersión, el mercado de la vivienda y la distribución de la población.
Proponemos una metodología para valorar el impacto sobre la resiliencia urbana de políticas y actuaciones municipales encaminadas a la creación y transformación de infraestructuras verdes.
Las conexiones inalámbricas wifi tienen ciertas limitaciones de alcance y velocidad que disminuyen su eficiencia cuando cubren un espacio muy amplio y se conectan muchos usuarios.
El establecimiento de islas de vegetación natural en ciudades, la Gran Muralla Verde en África y Asia y el Bosque Metropolitano de Madrid pretenden mejorar el medioambiente urbano y planetario.
Alentar la venta callejera podría ser parte de la recuperación del COVID-19 para muchas ciudades alrededor del mundo, donde el trabajo informal ya es una parte importante de la economía.
La capital del país nació en un lago, el cual después fue secado, y sus ríos, entubados. Esto, a pesar de haber ocurrido hace bastantes años, representa graves problemas para las personas.
La participación ciudadana en los asuntos públicos se ha visto revitalizada en las ciudades que usan aplicaciones o webs de forma lúdica, como si fuera un juego “online”. Lo más importante de utilizar una estrategia gamificada es que los usuarios toman conciencia más eficazmente de todo lo que se puede conseguir por esta vía.
Aunque nació con grandes aspiraciones, la capital de la joven nación americana fue durante años un lugar embarrado e incómodo, lleno de burdeles y poco apetecible para los diplomáticos extranjeros.
Los espacios verdes no han sido verdaderas prioridades de la planificación urbana. Pero el futuro de crisis climática y probables pandemias hace que sean aún más necesarios.
Las medidas de contención de la COVID-19 han transformado el paisaje sonoro de nuestras ciudades durante el confinamiento, sobre todo en aquellas sometidas a una gran presión turística.
Con el confinamiento hemos echado de menos y apreciado más que nunca los espacios verdes en la ciudad. Es el momento de mejorar su accesibilidad e interconexión. Todos deberíamos vivir a en proximidad a un área verde.
El transporte público urbano se ha visto muy afectado por la pandemia: la caída de viajeros y el aumento de los costes variables (limpieza y desinfección) reducirán los ingresos de las empresas.
La generalización de la bicicleta pública en los municipios españoles de más de 5 000 habitantes evitaría la emisión de más de 25 000 toneladas de CO₂ anuales.
Diferentes urbes avanzan hacia un modelo que elimina el uso del vehículo privado, pero todavía existen barreras sociales, económicas y políticas para su implantación definitiva.
La pandemia de COVID-19 pone de manifiesto la necesidad de transformar el modelo residencial bajo un nuevo enfoque que ofrezca diferentes alternativas a las personas mayores.
Las ciudades podrían y deberían tomar medidas para convertirse en ciudades neutras de carbono, más habitables y más saludables al cambiar sus dinámicas de planificación urbana y de transporte.
Investigadora responsable de diseño arquitectónico en Fundación Matia, Doctora por la Universidad Politécnica de Madrid, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)