El ejercicio físico habitual, ajustado a las posibilidades de los pacientes de cáncer de mama, mejora su calidad de vida y está asociado a una mayor supervivencia.
Se calcula que para 9 de cada 10 mujeres con cáncer de mama la vida sexual empeora. Aunque en los últimos años ha aumentado la supervivencia de las pacientes, no hay que descuidar su calidad de vida.
Muchas veces la medicación analgésica como la oxicodona ayuda a los pacientes de cáncer a lidiar con el intenso dolor tras un tratamiento, pero también puede dar lugar a un abuso de esta medicación.
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La epidemia de los opioides ha afectado a la región de los Apalaches, donde los índices de cáncer son altos. Muchos pacientes superan el tratamiento del cáncer para pasar a convertirse en adictos.
Aunque la tasa de supervivencia al cáncer de mama aumenta año tras año, los efectos secundarios permanecen. Los estudios demuestran que la fisioterapia al iniciar el tratamiento postquirúrgico puede ayudar.