Marcos Cánovas, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya
La crisis derivada de la COVID-19 ofrece una oportunidad única para actualizar la docencia universitaria desde la perspectiva digital y pedagógica y para no basar toda la enseñanza en interminables conexiones por Zoom.
Hay buenas y malas clases magistrales. Las buenas pueden provocar el deseo de saber y son las que imparten los profesores que muestran pasión por lo que conocen y entienden. Sin ellas, la formación universitaria y el aprendizaje no serían completos.
La sociedad está cambiando a gran velocidad y también deberían hacerlo las formas de educar a los jóvenes. ¿Van a la misma velocidad? Dentro de poco tiempo se educará de acuerdo a las capacidades de cada ser humano y sus destrezas. La formación de los docentes también tendrá que cambiar.