La incidencia de ITS (síflis, gonorrea, infección por ‘Chlamydia trachomatis’…) se ha disparado entre los jóvenes de 15 a 24 años. Pese a toda la información que tienen a su alcance, se constatan preocupantes lagunas en su educación sexual.
Los varones que afrontan la paternidad a edades tempranas experimentan fuertes descensos en sus niveles de testosterona. Y la caída de esta hormona es mayor en los padres que dedican mayor atención a sus hijos.
Mujeres compiten en la marcha atlética de 20 kilómetros en los Juegos Olímpicos de Verano en Río de Janeiro, Brasil, en agosto de 2016.
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Un programa colombiano para ayudar a jóvenes desfavorecidos utilizó el deporte para ayudarlos a evitar los peligros a los que se enfrentaban a diario, como la violencia, la prostitución, la drogadicción, el vandalismo y las pandillas.
El último ‘Barómetro Juvenil 2021. Salud y bienestar’ del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad pone de manifiesto los condicionantes que hacen que miles de jóvenes no pidan ayuda profesional sobre salud mental a pesar de necesitarla.
La relación entre los jóvenes y el riesgo es compleja y el temor por él ha descendido en los últimos años. Emborracharse hasta perder el control o no usar protección en las relaciones sexuales es algo que les asusta cada vez menos.
La actitud abierta de los jóvenes hacia personas con diversidad sexual es cada vez mayor, como también lo es su preocupación por el descubrimiento de su sexualidad, especialmente si no son heterosexuales.
Muchos jóvenes y adolescentes confían en que ser ‘influencers’ les pueda sacar del desempleo, pero se frustran al ver que su conocimiento y su uso del medio no se lo facilita.
Los medios digitales han saturado a muchas personas durante la pandemia, pero para los jóvenes fueron una tabla de salvación que llenó su soledad. En algunos casos, se han convertido casi en su única forma de socializar.
Los adolescentes se han convertido en un estereotipo social, casi siempre vinculado a la pérdida de valores y a los malos hábitos. Los adultos deben aprender a dejar de ver esta etapa como algo negativo.
Pier Paolo Pasolini en el barrio romano de
Quarticciolo, 1960.
L'Espresso / Wikimedia Commons
Las campañas audiovisuales para frenar la pandemia utilizaron modelos juveniles extremos, unos muy concienciados y respetuosos y otros muy inconscientes y transgresores.
Manifestación feminista del 8 de marzo de 2020 en Málaga.
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Las jóvenes se consideran más feministas que los jóvenes. Muchos de ellos aún siguen pensando que la violencia de género tiene justificación, es inevitable o es un invento ideológico.
La nomofobia es el miedo irracional a no tener el móvil y no poder comunicarse con otros. Esta ansiedad extrema puede tener consecuencias para la salud.
¿Cómo impacta el discurso del odio en la red en la vida de los jóvenes? Cada vez lo asumen más y ven Internet como una “ciudad sin ley” ingobernable que hay que atravesar para poder disfrutar de las ventajas que les ofrece el entorno virtual.
¿Se siente mayor para su edad o, por el contrario, está lleno de vitalidad para los años que tiene? Cuando somos adolescentes queremos ser mayores, pero a partir de los 30-40 la actitud se invierte. La discrepancia entre la edad real y la subjetiva sería problemática solo si implica un riesgo para la persona a la hora de valorar sus capacidades.
Aunque los niños y adolescentes suelen adaptarse a situaciones novedosas, el confinamiento ha perjudicado su bienestar emocional. Durante los meses de “encierro” los niños españoles lo pasaron peor que italianos y portugueses debido a unas medidas más restrictivas.
El arte ha actuado, y lo sigue haciendo, como una especie de vacuna para superar los efectos psicológicos del confinamiento o el semiconfinamiento. Hay muchos ejemplos de artistas que han realizado sus mejores obras en momentos de ansiedad. Así nos ayuda el arte a superar la pandemia.
Sabemos que el coronavirus ha generado importantes resonancias emocionales en los adolescentes. El desarrollo de una sólida inteligencia emocional les ayudaría a lidiar con las emociones difíciles.
La zona de ocio nocturno del Bairro Alto (Lisboa) durante el confinamiento.
Iñigo Sánchez-Fuarros
La juventud y el ocio nocturno se han situado en el centro del debate por los rebrotes de la pandemia ocurridos tras el levantamiento del estado de alarma de la pasada primavera.