Un abundante número de agujeros negros en el universo emiten chorros de materia relativista. En ellos están buscando señales de dimensiones extra, más allá de las cuatro que percibimos (tres espaciales y una temporal).
Jesús Puerta Pelayo, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)
Si pensamos en el LHC como si fuese un gigantesco microscopio, con él somos capaces de hacer ‘zoom’ en la naturaleza para conseguir una ‘foto’ de mayor resolución del mundo subatómico.
Ruth Lazkoz, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El universo no es infinito. La energía oscura acabará con él. Los datos apuntan a que nos dirigimos al Big Rip, el desgarro final del universo (dentro de 130 mil millones años).
A pesar de que su existencia es conocida desde hace milenios, aún quedan cosas por aclarar sobre cómo actúan los imanes. Algunos conceptos nuevos proceden de la física cuántica.
Efecto de las lentes gravitacionales fuertes observado por el Telescopio espacial Hubble en el cúmulo de galaxias Abell 1689 que indica la presencia de materia oscura.
Wikimedia Commons / NASA / ESA
La búsqueda de la materia oscura no logra dar con las escurridizas partículas, que conforman el 80% del universo. Los físicos comienzan a buscar alternativas para el material que falta.
Doctor en Física, investigador de la Unidad CIEMAT - Física de Partículas, Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT)