Las redes sociales fomentan una relatividad absoluta en la que la verdad puede ser personalizada a gusto de cada usuario. Contra esta interpretación excesivamente subjetiva de la verdad clamaba Umberto Eco en sus últimos escritos.
Inés Alegre, IESE Business School (Universidad de Navarra) et Josep Valor, IESE Business School (Universidad de Navarra)
El menor dogmatismo y la mayor capacidad de cuestionar las creencias de uno mismo, más acentuados en los liberales que en los conservadores, tiene una traducción directa en la capacidad de discernir noticias falsas de las verdaderas.
Organizaciones internacionales detectaron a mediados de junio más de 6 000 noticias falsas desde el inicio de la pandemia. En España, los bulos pasaron de un 32,5 % un mes antes de la crisis a un 67,5 % un mes después. Muy pocos autores han sido identificados.
Mientras centenares de científicos en todo el mundo se afanan por encontrar vacunas para la COVID-19, los movimientos antivacunas pueden poner en peligro su credibilidad.
Consumir noticias con más cautela y contrastar la información en distintas fuentes son dos principios básicos para distinguir entre verdad y mentira, una condición básica de la comunicación en democracia.
Investigadores de la Universidad de Navarra y del Centro Nacional de Supercomputación publican hoy la investigación más exhaustiva hasta la fecha en torno a los bulos sobre la pandemia de coronavirus.
Si preferimos que alguien compruebe por nosotros qué es verdad y qué no, acabará mintiéndonos ‘por nuestro bien’, que es la más persistente y repetida mentira de la historia.
El problema de la desinformación y la proliferación de bulos en las redes es otro de los grandes asuntos de la pandemia. Los autores rechazan reducir el debate sobre la desinformación a la discusión sobre su persecución legal.
La proliferación de noticias falsas constituye un desafío capaz de debilitar los pilares de la salud pública. Los ciudadanos tienen herramientas para combatir las intoxicaciones informativas. ¿Pero saben cómo usarlas?
El periodismo también se la juega en la crisis del coronavirus. Dos expertos en Salud Pública de la Universidad de Oxford ofrecen diez consejos para que los medios se conviertan en un refugio seguro frente a la epidemia de desinformación.
En la información relativa al coronavirus ha habido fake news, pero también intentos de contextualizar los hechos y dar pautas de conducta proporcionadas. ¿Por qué ganan la partida las primeras?
La mala comunicación o la desinformación en relación con las epidemias también pueden causar víctimas. De ahí la importancia de que las autoridades sanitarias manejen bien los mensajes que trasladan a la ciudadanía.
¿Son los contenidos televisivos hoy perjudiciales para la audiencia? Para el mundo académico calidad equivale a información imparcial junto a contenidos culturales y educativos. En España, la confianza en la televisión es la quinta más baja de UE.
Profesor e investigador en el Máster de Comunicación y Educación en la Red y el Máster de Periodismo Transmedia, UNED - Universidad Nacional de Educación a Distancia