Un reciente estudio ha demostrado la eficacia del extracto del micelio de la seta shiitake como alternativa a los antibóticos convencionales frente al microorganismo ‘Pseudomonas aeruginosa’.
Las esporas más perjudiciales para la salud humana pertenecen casi exclusivamente a los mohos. Estas pueden afectarnos en cualquier lugar, incluso en nuestra propia casa.
Los hongos micorrícicos se unen a las raíces de los vegetales y les permiten abarcar un mayor volumen de suelo para tomar agua y nutrientes, una capacidad especialmente beneficiosa cuando hay sequía.
Ya nos dan mucho, pero lo más interesante de los hongos es lo que aún está por llegar. Están en el punto de mira de la ciencia como la gran materia prima del futuro.
Las setas tienen una gran cantidad de nutrientes que ofrecer a nuestra dieta, aunque también disminuyen parcialmente dependiendo del cocinado y modo de conservación.
Consumido junto con el maíz en la cocina precolombina, el huitlacoche, un hongo parásito, constituye una fuente de aminoácidos esenciales que compensa el déficit nutricional de su planta huésped.
Las micotoxinas son compuestos tóxicos que pueden producir los mohos en los alimentos. A veces, no basta con quitar la parte podrida, dado que pueden tener graves consecuencias para la salud.
El estudio de las bacterias que habitan en nuestro intestino se ha vuelto cada vez más popular. Estas también comparten su espacio con hongos que, aunque son pocos, desempeñan tareas extraordinarias.
La mucormicosis o el llamado hongo negro está golpeando a los paciente con coronavirus. ¿Por qué? ¿Cuál es el hábitat perfecto para que este hongo desarrolle una enfermedad grave e, incluso, mortal?
En medio de la pandemia, la India ha informado que sufre un número inusualmente alto de casos de mucormicosis, una infección micótica oportunista que requiere de un sistema inmunológico deprimido.
Los hongos -o lo que solemos llamar mohos- pueden crecer en casi cualquier lugar donde haya humedad y materia orgánica, desde el suelo hasta los alimentos, pasando por las prendas de vestir y el interior de los hogares.
Es conocido que los hongos pueden deteriorar los alimentos pero existen muchos quesos que desarrollan mohos en su interior y gozan de gran aceptación. ¿Por qué podemos consumir unos y no otros?
Los microorganismos forman parte de nuestra rutina diaria, también en Navidad. De hecho, desempeñan su papel tanto al ayudar a crecer a los abetos que después adornaremos como en la elaboración de muchos de los manjares típicos de estas fechas.
En el mundo microbiano, algunos microorganismos ya están preparados para celebrar esta festividad: vampiros, gigantes, caníbales o zombis. No son producto de la fantasía, ni mucho menos.
En otoño son frecuentes los mocos y la tos, que solemos atribuir a catarros víricos o a la gripe. Pero cada vez se diagnostican más alergias en las estaciones frías. ¿Cómo se distinguen de COVID-19?
Nuestra atracción por el queso y el yogur puede que nunca se hubiera visto satisfecha si no fuera porque hace seis mil años se produjo una relación sexual microbiana ilícita.
Catedrático de Microbiología, Departamento de Ciencias de la Salud, Instituto de Investigación Multidisciplinar en Biología Aplicada, Universidad Pública de Navarra