En el Día Mundial de los Océanos, el autor recuerda su papel en la regulación del planeta y la necesidad de cambiar la visión utilitarista de la naturaleza para alcanzar un desarrollo sostenible.
La economía social pretende actuar de manera transversal y con una visión a largo plazo para dignificar el trabajo de mujeres y hombres, prestando especial atención a los colectivos vulnerables.
El impulso a la inversión sostenible va a venir a través de las entidades reguladoras y las exigencias de los nuevos inversores. Los mileniales prefieren inversiones que se alineen con sus valores.
La COVID-19 ha destapado los errores de la ‘vieja normalidad’ y ha impuesto una pausa para que recapacitemos. ¿Dejaremos de buscar las respuestas en el crecimiento económico y la tecnología?
El mayor crecimiento demográfico de los próximos años se producirá en los países con tierras menos productivas y fértiles, lo que conducirá a un aumento de la desertificación y de la pobreza.
Más allá de la responsabilidad social corporativa tradicional, en esta nueva época las empresas deben buscar no sola la rentabilidad, sino también generar un impacto social positivo.
Muchos pueblos de menos de 2.000 habitantes carecen de sistemas de depuración y, por tanto, incumplen la normativa sobre tratamiento de aguas residuales.
Cuestiones como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad están relacionadas con la situación de crisis que vivimos. Tengámoslas en cuenta.
La gestión de los recursos comunes del planeta requiere de la cooperación entre personas y de la combinación de distintos regímenes de propiedad y escalas de actuación
Si las ciudades quieren atraer inversión, deben convertirse en polo de atracción del talento joven, hacer de la ciudad un espacio para vivir, trabajar y divertirse.
Las superislas de Barcelona son un magnífico modelo para replicar en ciudades de todo el mundo y mejorar así la vida de los ciudadanos y la salud del planeta.
El reciente informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático pretende concienciarnos de las consecuencias que pueden tener para el futuro del planeta las pautas y hábitos de vida que hemos instaurado en nuestra sociedad.
La desconexión creciente entre la población de las sociedades industrializadas y el medio natural ha contribuido a la escasa conciencia ambiental de la ciudadanía.
Unai Pascual, BC3 - Basque Centre for Climate Change
La crisis de biodiversidad mundial que vivimos esconde una emergencia socioecológica consecuencia de un modelo de desarrollo basado en el crecimiento económico y las políticas que lo sustentan.
Dpto. Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid
Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Professor of Globalisation and Development; Director of the Oxford Martin Programmes on Technological and Economic Change, The Future of Work and the Future of Development, University of Oxford
Investigador en el Grupo de Ingeniería Eléctrica, Electrónica de Potencia y Energías Renovables y del Instituto de Smart Cities (ISC), Universidad Pública de Navarra