Pese a tratarse de un fenómeno natural, el envejecimiento es un proceso que nos cuesta aceptar. Y el cerebro, uno de nuestros órganos más activos, lo sufre especialmente.
Rafael Puyol, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
La pandemia va a tener efectos muy negativos en el maltrecho panorama demográfico en España, al elevar de forma intensa e imprevista el volumen de fallecidos y producir simultáneamente un retroceso de la esperanza de vida al nacer.
Varios estudios sugieren que mantener niveles adecuados de autofagia en el organismo podría alargar la vida. Pero también podría volverse un arma de doble filo si los virus lo usan en su beneficio.
Los científicos llevan años identificando intervenciones dietéticas, farmacológicas e incluso genéticas destinadas a ralentizar o revertir el proceso de envejecimiento.
Hay mucha vida después de la jubilación, con más calidad que nunca. Y cuanto más activa sea esta etapa vital, más se retrasa el envejecimiento funcional.
España ha superado por primera vez en su historia los 47 millones de habitantes debido a un saldo migratorio positivo. Dado que este país envejecido necesita más población extranjera, el reto, según los autores, es lograr su integración real y encontrar en la acogida esa vocación por la humanidad que en teoría nos define.
La igualdad de la mujer, la diversidad, la precarización del empleo, el envejecimiento de la sociedad, la omnipresencia de la tecnología y el desafío medioambiental son los principales ejes de cambio en España desde 1994.
La hipoteca inversa es un instrumento de financiación de los cuidados de larga duración que puede servir para aumentar el parque de vivienda pública en España.
Los programas intergeneracionales son claves para el futuro de la sociedad. Con ellos los jóvenes aprenden a valorar el potencial y el conocimiento de los mayores y estos se sienten útiles.
Las normativas de confort térmico existentes se centran en personas de entre 20 y 65 años de edad, pero la percepción de frío y el calor de los ancianos es diferente.
Tanto en la categoría femenina como especialmente en la masculina los jugadores que están presentes en las rondas finales de los torneos más importantes del mundo superan los 30 años.
España será el país más longevo en 2040. Pero los mayores necesitan relaciones sociales de calidad para tener una vida plena e integrada. La promoción de su bienestar debe ser prioritaria en las políticas sociales.
Nos esperan nuevas formas de trabajar, de desplazarnos, mientras persisten las amenazas del cambio climático y la crisis demográfica. La tecnología, productora de cambios, provocan situaciones límites.
Ciudades más accesibles, sistemas productivos más adaptados al capital sénior y flexible a su jubilación, espacios colaborativos y recursos socio-sanitarios que fomenten la autonomía personal, entre otras.
Es probable que algún día la ciencia llegue a entender qué hace que las diferentes especies biológicas tengan longevidades tan dispares. Mientras el conocimiento avanza, advierte el autor, conviene que empecemos a preguntarnos si de verdad queremos ser eternamente viejos.
Patricia Peinado, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
El aumento en la edad de jubilación es la medida que menos afectaría a este bienestar, mientras que el aumento en el número de años computado para el cálculo de la pensión es el que se presenta como más perjudicial.
Catedrático del área de Biología Celular. Investigador asociado del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo. Investigador en metabolismo, envejecimiento y sistemas inmunológicos y antioxidantes., Universidad Pablo de Olavide
Professor at UVic-UCC; Head of the Research Group on Methodology, Methods, Models and Outcomes of Health and Social Sciences (M3O), Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya