En las sociedades occidentales nos sentimos incómodos a la hora de hablar sobre la muerte y, por tanto, evitamos las palabras que se relacionan directamente con ella y usamos eufemismos. Pero no debería ser así.
El ser humano no siempre ha temido a la muerte. De hecho, actualmente vivimos el único momento de la historia en el que no solo nos atemoriza, sino que la consideramos un tema tabú.
La pandemia puede afectar más psicológicamente a algunos perfiles de sanitarios, como los jóvenes, los menos formados o los que tienen menos apoyo social. Pero todavía falta estudiar su impacto real.
Actualmente, gracias a la inteligencia artificial y la huella digital de una persona que ha fallecido, es posible recrear conversaciones con quienes ya no están. Sin embargo, esto podría suponer riesgos para aquellos que están sufriendo el duelo.
Plantear la epidemia como una guerra genera las mismas reglas que un contexto bélico. Un escenario en el que no hay duelo porque podría afectar a la moral de la retaguardia confinada.
Enfermero en Osakidetza- Servicio vasco de salud. Profesor asociado a la Facultad de Medicina y Enfermería, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Co-Directora de la Cátedra WeCare: atención al final de la vida, Universitat Internacional de Catalunya. Profesora Titular. Investigadora en temas de final de vida, Universitat Internacional de Catalunya