El abandono del territorio da lugar a una rápida expansión de bosques y matorrales. La presencia de grandes herbívoros es imprescindible para generar ecosistemas más heterogéneos y menos vulnerables.
La renaturalización contribuye a mejorar nuestra salud y libera a los animales de la presión humana, pero también puede ocasionar gentrificación en las ciudades y centrar los esfuerzos de reintroducción solo en ciertas especies.
Los ecosistemas insulares son sumamente frágiles. Solo combinando la reintroducción de especies y la eliminación de los factores que contribuyeron a su extinción podremos recuperarlos.