El cortisol es un aliado en nuestro cuerpo. Nos ayuda a reaccionar frente a un peligro. Sin embargo, los períodos prolongados de estrés pueden aumentar los niveles de esta sustancia y perjudicarnos.
Fotograma de la película ‘Sueños’, de Akira Kurosawa.
Warner Bros. Entertainment Inc.
Sueños más intensos, más vívidos, y que se recuerdan mejor... El confinamiento parece haber perturbado también nuestros mundos oníricos. Y no es sólo una impresión.
Que el coronavirus SARS-CoV-2 haya irrumpido en nuestras vidas como lo ha hecho, obligándonos a confinarnos, provoca que las rutinas diarias se diluyan. Y eso afecta a la calidad y duración del sueño.
La pérdida de olfato, las alteraciones del sueño, los desarreglos intestinales y los estados depresivos podrían ser avisos tempranos de este trastorno.