A finales 2020 Deutsche Bank publicó un informe en el que se preveía la llegada de años de incertidumbre y caos. La guerra en Ucrania, la crisis energética, la inflación y hasta los coletazos de la pandemia contribuyen a esta era del desorden.
La competencia entre empresas, un entorno favorable a la inversión productiva y un Estado con una regulación clara y con un sistema de protección estable generan crecimiento moderado pero continuo. El crecimiento cero abocaría a un crecimiento negativo y al deterioro de las condiciones sociales de la población.
Deforestación en la Amazonía.
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Determinar la fortaleza económica de un país por la evolución de su PIB deja de lado factores de largo plazo: desde la sostenibilidad en el uso de los recursos naturales hasta la desigualdad social.
En 2019 se afianzaba la recuperación económica tras la gran recesión. Con la pandemia y el confinamiento el crecimiento se detuvo. Ahora, factores geoestratégicos y económicos propician un nuevo ciclo de crisis económica.
El primer ministro de la India, Shri Narendra Modi, durante la inauguración del túnel de autopista más largo del mundo, en Manali, Himachal Pradesh en octubre de 2020.
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Pese al contexto de incertidumbre económica, India avanza a pasos agigantados: se espera que en 2022 crezca más de un 7% y es ya la quinta potencia económica mundial, por encima de Reino Unido, su antigua metrópoli.
Hace un año el autor mostraba su preocupación por la subida en los precios (que en septiembre de 2021 fue del 5,5%). La tormenta que se avistaba en el horizonte va tomando forma de estanflación: inflación sin crecimiento.
No parece que la sociedad moderna esté preparada para la imperiosa necesidad de poner fin al abundante derroche de mercancías que ha caracterizado al sistema económico desde la Edad Moderna y que ha desembocado en un capitalismo furioso en el que las personas son trabajadores y mercancía (volátiles).
El empobrecimiento ciudadano a causa de la inflación ha provocado distintas reacciones tributarias en los gobiernos autonómicos de España y ha abierto un debate en torno a si, para capear el temporal, deben subirse o bajarse los impuestos.
La raplicación de los ODS ha de ser una responsabilidad compartida. Así, tanto el Gobierno municipal como las empresas madrileñas, busca incorporarlos a sus estrategias de trabajo.
Educación financiera y autoconfianza son las dos características clave para un emprendedor. Pero si nos dan a escoger, mejor estar convencidos de que seremos capaces de salir adelante. Siempre se puede contratar a un experto financiero.
El ahorro, la innovación, la educación y las inversiones públicas son algunos de los factores que influyen en el crecimiento económico. La religión y la corrupción, también.
La mayoría de las empresas españolas presentes en la región aumentarán sus inversiones en 2022, según la XIV edición del informe anual sobre el tema que elabora el IE Business School.
Cada vez surgen más empleos verdes con la vista puesta en la sostenibilidad. El fin es bueno: se busca el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medioambiente y bienestar social, pero implican nuevos y emergentes riesgos laborales para los trabajadores.
El PIB per cápita mide la riqueza media por persona de un país pero cuanto mayor sea la desigualdad menos reflejará este índice la calidad de vida media de las personas.
Los Gobiernos deben incentivar una innovación menos centrada en la automatización y más en tecnologías compatibles con las personas para generar mejores empleos y, así, una prosperidad económica más compartida.
Pancarta con la leyenda ‘El capitalismo mata nuestro futuro’ en una manifestación de Fridays for Future en Berlín el 20 de septiembre de 2019.
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Dos estudios recientes sugieren que las agendas globales para el clima y la biodiversidad han fracasado porque promueven un desarrollo sostenible basado en el crecimiento económico.
El valor del PIB como medidor de coyuntura es innegable. Pero los complejos cambios estructurales en la economía y la sociedad exigen indicadores que contemplen aspectos sociales y ambientales.
La senda de la recuperación y el crecimiento de América Latina pasa por lograr cambios estructurales que aumenten la productividad y reduzcan la desigualdad. Para ello es necesario adoptar decisiones responsables y de consenso.
Eficiencia en la gestión de los fondos de recuperación, calma ante los extraordinarios e inevitables niveles de deuda pública y control sobre la inflación: tres puntos clave para la superar la crisis de la covid-19.
El fuerte impacto de la pandemia sobre la economía española ha llevado a la deuda pública al 125% del PIB lejos del compromiso del 60% con la Unión Monetaria, que tardaremos 20 años en cumplir.
Dpto. Estructura Económica y Economía del Desarrollo. Coordinadora del Grupo de Estudio de las Transformaciones de la Economía Mundial (GETEM), Universidad Autónoma de Madrid