Para explicar el mundo que nos rodea no es necesaria una intervención directa de Dios. Pero eso no implica que creer en un dios sea algo irracional, ni incompatible con la ciencia.
Se dice que el vaho de las serpientes hipnotiza y convierte a quien está enfrente en presa fácil del reptil. Obviamente, esto no es cierto, aunque la forma de atacar de estos animales haga parecer que sí.
La crisis sanitaria nos ha obligado a cambiar hábitos que teníamos bien asentados, con el impacto cerebral que eso conlleva, y es probable que haya alterado nuestra forma de abordar la realidad. Pero, lejos de alarmarnos, debemos ser optimistas ante estos cambios.
¿Cuántos de nosotros cruzamos los dedos o tocamos madera de forma casi instintiva cuando deseamos tener buena suerte? A nivel cerebral, se relaciona con la cantidad de dopamina y su eficiencia.
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, Universitat de Barcelona