Desde las sociedades primitivas el hombre trató de curarse de las enfermedades empleando los productos que la naturaleza le ofrecía. El origen de la farmacia está repleto de mitos y magia.
Nos encontramos frente a una nueva alternativa terapéutica para el abordaje de la pandemia, que abre vías diferentes para afrontarla, pero su uso podría estar más lejos de lo que parece.
El desarrollo de la tecnología y la biología estructural ha hecho que los fármacos cada vez tarden menos en salir al mercado. Ahora, una nueva metodología ha conseguido acelerar el proceso aún más.
Un nuevo tratamiento ha anunciado resultados prometedores pero, como suele ser habitual, todavía queda mucho camino por delante para que se convierta en realidad.
Alrededor de este trascendental hito histórico, como ha sucedido con muchos grandes descubrimientos científicos, hubo confrontación, litigios, pugnas, controversias y orgullos personales.
Una vez aprobados, los fármacos pueden producir reacciones adversas. Entre otras cosas porque las condiciones reales en las que se va a usar un fármaco son distintas de las condiciones controladas en las que se ha llevado a cabo el ensayo clínico.
Todavía no hay evidencia de que los eventos trombóticos que han provocado la suspensión de la vacuna de AstraZeneca en algunos países hayan sido provocados por ella. ¿Cómo se analiza cada caso?
Este fármaco es ampliamente utilizado en varios países de Latinoamérica contra la covid-19. Sin embargo, la falta de evidencias en su favor contrasta con el riesgo de su utilización.
El Carvativir, un fármaco basado en extractos del tomillo, es seguro y se conoce desde tiempos ancestrales, pero no existe prueba alguna de que funcione contra el coronavirus.
Otro fármaco supuestamente milagroso se ha publicitado a partir de una nota de prensa sin que la comunidad científica haya podido analizar los datos previamente.
Un estudio publicado en la revista ‘Science’ analiza la eficacia del compuesto ‘in vitro’ y con ratones, pero no aporta grandes novedades a lo que ya sabíamos.
Los gatos padecen enfermedades causadas por coronavirus como la peritonitis infecciosa felina, muy letal. ¿Y si los medicamentos que la combaten sirvieran para curar la COVID-19 en humanos?
La edad avanzada va asociada a un aumento de enfermedades crónicas y al consumo de diferentes fármacos a la vez. Con el riesgo de sufrir sufrir reacciones adversas medicamentosas y empeorar la salud.
Érase una vez un químico llamado Felix Hoffmann que para paliar el sufrimiento de su padre inventó el ácido aceitlsalicílico. O quizás no. La verdadera historia de la aspirina la ocultaron los nazis.
Hoy es el Día Internacional contra la Droga. Este artículo recuerda cómo muchas de las actuales drogas de abuso iniciaron su carrera social como “utilísimos” y benéficos medicamentos.
La naturaleza está plagada de drogas. También de potenciales fármacos contra todo tipo de enfermedades. Por ejemplo, la 5-metoxi-N,N-dimetiltriptamina, presente en la piel de algunos sapos y que ha llevado a investigar al actor porno Nacho Vidal tras participar en un rito en el que se inhaló polvo de este análogo al DTM.
Las interacciones medicamentosas constituyen un auténtico problema sanitario, sobre todo en pacientes ancianos, al que cada vez prestamos más atención.
Profesor Titular de Farmacología, Vicedecano de Internacionalización, Facultad de Ciencias de la Salud, Académico de la Academia de Farmacia Reino de Aragón, Universidad San Jorge
Investigadora y docente de postgrado en la Facultad de Medicina y Enfermería. Departamentos: Farmacología / Inmunología, Microbiología y Parasitología, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Científica del CSIC. Bioquímica de Sistemas de la división bacteriana. Comunicadora científica, Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB - CSIC)