El movimiento feminista debe enfocar sus esfuerzos hacia asegurar que las consecuencias de esta crisis no haga más profunda la discriminación de las mujeres, y ha de elevar su voz para proteger a las que se ven expuestas a la desprotección y, sobre todo, a la violencia.
En estos días nuestro estado de ánimo fluctúa entre el optimismo y el pesimismo con todos sus matices. Tras el atentado del 11-S, las personas sentían una mezcla de emociones relacionadas con la rabia y la tristeza, pero también con la gratitud y el amor hacia familiares. Así salieron de ello.
Las medidas como las denominadas “Arcas de Noé” de carácter voluntario planteadas para evitar el repunte de contagios, así como la posible geolocalización con la finalidad de controlar posibles zonas calientes de contagios, son perfectamente adecuadas a la normativa vigente sobre protección de datos.
Plantear la epidemia como una guerra genera las mismas reglas que un contexto bélico. Un escenario en el que no hay duelo porque podría afectar a la moral de la retaguardia confinada.
El autor sostiene que el estado de alarma no deroga el control del Gobierno por parte del Congreso de los Diputados, y que este control se podría ejercer vía telemática.
Dejar el lugar de origen en la infancia o en la adolescencia tiene consecuencias profundas para toda la vida. Poner esta experiencia en palabras puede ser una tabla de salvación.
Necesitamos construir un mundo cosmopolita y sostenible, basado en un doble imperativo moral: cuidarnos unos a otros y cuidar entre todos nuestra común morada.
El deseo erótico es irracional y es muy importante trabajarlo para poder mantenerlo. Hay diferentes factores que influyen sobre él: la salud mental, los factores ambientales y sociales… Este que estamos viviendo es un buen momento para trabajar la comunicación si nuestro deseo no está a la altura.
César San Juan, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
En situaciones de confinamiento como la que estamos viviendo, la violencia intrafamiliar se convierte en un problema añadido. No solamente hablamos de violencia de género, también de malos tratos a ancianos y a niños. Es previsible que los casos aumenten en estas semanas.
La crisis del coronavirus constituye un ejemplo de cómo las administraciones públicas pueden usar las redes sociales para informar, combatir las noticias falsas y colaborar con la ciudadanía.
Castigar con la exclusión del espacio es una idea muy antigua que ahora se pone de manifiesto con la crisis del coronavirus. El pueblo ordenado y acuartelado se considera una maquinaria disciplinada. Nuestro comportamiento está regulado y nuestra mente, poco a poco, se irá adaptando a ese proceso por un motivo: es lo que se espera de nosotros.
Las medidas de control para superar la pandemia de COVID-19 afectan a unos y a otros sectores de población de manera radicalmente distinta. En la actual situación, casi distópica, se muestran con más claridad algunos determinantes sociales de la salud.
Una de las aplicaciones más populares entre los jóvenes y con más usuarios del mundo consigue viralizar el COVID-19 utilizando el humor. Miles de personas la están utilizando para sobrellevar mejor la pandemia a través de los vídeos caseros. Los expertos animan a usarla, pero siempre que se lea bien su política de privacidad.
Paola Díaz, École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS)
Los feminicidios se han convertido en parte de la cotidianidad en México, donde mueren 10 mujeres cada día. La insuficiente respuesta oficial y la cobertura mediática sensacionalista desensibilizan a la población.
Socialmente los videojuegos se consideran más de chicos que de chicas, aunque ellas cada vez los usan más como forma de entretenimiento. Sin embargo, la brecha de género en cuanto a la imagen que se da de las mujeres sigue siendo muy grande: chicas con papeles secundarios y ofreciendo una imagen de su cuerpo con la que no se sienten representadas.
La Unión Europea y sus estados miembros no deberían renunciar a los valores del Tratado de la UE, que sitúa la dignidad humana, el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos como valores irrenunciables.
Los sacrificios altruistas extremos siempre han atraído a los científicos, especialmente cuando se trata de morir por algo o por alguien. Parece que cuanta más afinidad genética tengamos con una persona, más dispuestos estaríamos a dar la vida por ella.
La tendencia de los gobiernos a limitar la libertad de expresión comporta graves consecuencias. El auge del “derecho a sentirse ofendido” llama a nuestras puertas.
Los servicios sociales son el cuarto pilar del estado de bienestar. Entre las políticas centralistas, que garantizan universalidad, y las federalistas, que favorecen la innovación y el reparto de poder, existe una opción intermedia.