Las hojas de las plantas están cubiertas de pelo y tienen propiedades excepcionales que empezamos a descubrir. Un análisis de la hoja del olivo desvela el papel del pelo en la retención del agua.
El greenwashing –también llamado ecoblanqueo– y la plantación masiva de árboles sobre todo en regiones tropicales puede resultar más perjudicial que beneficioso. Antes de plantar nuevos bosques, aseguremos los que ya existen.
Raquel Esteban, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y María Teresa Gómez Sagasti, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Árboles frutales como los almendros y los ciruelos suelen florecer antes que otros bajo las mismas condiciones climáticas. Son capaces de detectar las variaciones de temperatura y de luz para despertar de su letargo invernal en el momento preciso.
Los pinsapares de las sierras de Cádiz y Málaga, en España, son vestigios de épocas pasadas más frías. Los autores han comprobado en un reciente estudio cómo responden estos bosques al aumento de las sequías.
Los árboles registran todo lo que ocurre a su alrededor y guardan esa información en la madera, que puede revelar, incluso, cuándo se ha producido un aumento de rayos cósmicos.
Las plantas no pueden escapar de las situaciones adversas, pero son capaces de modular respuestas moleculares que les permiten soportarlas y recordarlas para poder afrontarlas mejor en el futuro.
Las plantaciones urbanas son parte de la solución para mitigar el calor, pero la mayoría de las especies de árboles y arbustos de las ciudades del mundo tendrán problemas para adaptarse a condiciones extremas.
Las repoblaciones, cuando sean necesarias, deben realizarse con especies que puedan soportar el clima que viene y gestionarse correctamente para evitar que el bosque vuelva a arder.
Mientras que algunas ciudades optan por abrirlos, otras los cierran esgrimiendo la posibilidad de que caigan ramas y árboles de forma súbita. ¿Es un riesgo real?
El calentamiento global, el abandono del campo y la falta de ganado y de actividades silvícolas están cambiando la distribución de los árboles en las montañas.
En las hojas se depositan las partículas y metales pesados suspendidos en el aire. Analizándolas, es posible detectar la presencia de ciertos químicos y relacionarla con sus fuentes de emisión.
Un grupo de investigadores ha identificado el árbol datado más antiguo de Europa, de 1 481 años, en el Parque Nacional del Teide (España). ¿Cómo ha conseguido este anciano leñoso vivir tanto tiempo?
Las plantas y espacios verdes contribuyen a reducir el ruido y la contaminación, paliar el calor y cambiar nuestros hábitos de movilidad hacia modos más activos y sostenibles.
La madera muerta es un elemento fundamental para el funcionamiento de los bosques y para promover su regeneración tras perturbaciones como incendios y tormentas.
Las especies arbóreas cumplen una función estética y social, pero también proporcionan valiosos servicios ambientales: producen oxígeno, filtran partículas y secuestran dióxido de carbono.
En un contexto de emergencia climática, el uso de la biomasa como fuente de energía eléctrica resulta en un incremento neto de las emisiones de CO₂, además de deforestación y pérdida de biodiversidad.
El patógeno ‘Phytophthora cinnamomi’ Rands provoca la seca, una enfermedad que afecta a las raíces finas de los árboles y provoca su decaimiento y muerte.
Las ventajas evolutivas no se dan juntas: las plantas que crecen más rápido son más sensibles al estrés y viceversa. La ingeniería genética permite crear ejemplares que combinan ambas características.
Profesor vinculado "ad honorem". Grupo de investigación 'Ciencia, Vida y Sociedad'. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)
Investigador Científico. Grupo de investigación 'Ciencia, vida y sociedad'. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)