En la era digital, la salud mental se ve alterada tras un uso excesivo de los medios tecnológicos con fines laborales. Las empresas han de actuar con urgencia y evaluar nuevos riesgos laborales.
Cafeína, ginseng, omega-3, ayahuasca, LSD, mescalina… Son muchos los estimulantes que usamos para mejorar el rendimiento físico o mental en el trabajo, cumplir horarios exigentes o salir airosos de un examen. Pero ¿a qué precio?
Ni jornadas maratonianas ni largas listas de tareas: priorizar, delegar, saber decir que no, y dedicar tiempo a la gestión del tiempo nos quita estrés y nos ayuda a equilibrar trabajo y vida personal.
Hacer pausas en el trabajo, realizando ejercicios de movilidad o estiramientos, puede reducir el riesgo de padecer molestias musculoesqueléticas y dolores de espalda.
Hoy es el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, que puede causar pérdidas auditivas, lesiones en el oído e, incluso, problemas psicológicos si nos exponemos a altos niveles o durante mucho tiempo.
Cada vez surgen más empleos verdes con la vista puesta en la sostenibilidad. El fin es bueno: se busca el equilibrio entre crecimiento económico, cuidado del medioambiente y bienestar social, pero implican nuevos y emergentes riesgos laborales para los trabajadores.
Este síndrome, fruto de un estrés laboral crónico, es uno de los principales problemas de salud mental y la antesala de muchas patologías psíquicas. La pandemia no ha ayudado a reducir este fenómeno. Más bien al contrario. Pero hay instrumentos para combatirlo.
El teletrabajo puede suponer nuevos riesgos laborales derivados del uso de la tecnología y la falta de desconexión. Es por ello por lo que se hace necesaria una regulación entre empresa y empleados.
Neurociencia y cableado, claves para encontrar soluciones complementarias a trabajos que requieran menos presencialidad y para diseñar políticas de desarrollo rural que ayuden a ese trasvase.
Los infrasonidos (o ruido negro) que emiten las máquinas que nos rodean cuando están en funcionamiento no se encuentran normalmente en la naturaleza. ¿Qué efectos tienen sobre la salud? ¿Son reales o fruto de un efecto nocebo?
El estado de bienestar sigue siendo la única herramienta capaz de articular los ideales combinados de eficiencia productiva, igualdad de oportunidades y solidaridad colectiva.
Las malas posturas de quienes trabajan en escritorios son bastante similares a las posturas que los astronautas adoptan naturalmente durante los vuelos espaciales.
La consecución de la sostenibilidad medioambiental es muy urgente y necesaria pero no lo es menos la económica y social. El sufrimiento de los trabajadores atenta contra el progreso económico y erosiona la capacidad de la empresa de prolongar su vida.
Michael Musker, South Australian Health & Medical Research Institute
¿Alguien cercano le ha pedido que trabaje menos? ¿Se siente culpable por no pasar más tiempo con los amigos o la familia? Puede que sea hora de cambiar.
Director del Master in Talent Management de Advantere School of Management / Profesor asociado de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales de la Universidad Pontificia Comillas, Universidad Pontificia Comillas