El Gobierno español acaba de anunciar que avalará a los jóvenes que no tengan el importe suficiente para completar el 20% del importe de la vivienda que los bancos no conceden como préstamo hipotecario. ¿Es una buena medida? Solo en apariencia.
La brecha de género también existe en el campo: las mujeres ganan menos, realizan trabajos más duros y pocas veces son las dueñas de la tierra. Pero algo está cambiando, al menos en América Latina.
La pobreza y la falta de oportunidades ha llenado de buhoneros las calles de las ciudades venezolanas. La venta informal es una forma de subsistencia que ha alterado el uso de los espacios urbanos en Venezuela.
Isabelle Guérin, Institut de recherche pour le développement (IRD); Elena Reboul, Conservatoire national des arts et métiers (CNAM), and Timothée Narring, Université Paris Cité
En distintas partes del mundo, la gestión cotidiana de la deuda es un verdadero trabajo, asumido principalmente por mujeres.
No parece que la sociedad moderna esté preparada para la imperiosa necesidad de poner fin al abundante derroche de mercancías que ha caracterizado al sistema económico desde la Edad Moderna y que ha desembocado en un capitalismo furioso en el que las personas son trabajadores y mercancía (volátiles).
Se afianza la construcción de viviendas para el alquiler. Un modelo de inversión que ofrece a las familias el acceso a una vivienda pero no necesariamente alquileres asequibles.
Los informes de enero de 2022 de Oxfam, la Fundacion FOESSA y el Observatorio Social de La Caixa alertan sobre el peligro de fractura social. Pese a la recuperación, la desigualdad crece.
La subida del SMI afecta sobre todo a las microempresas, que suelen tener pocos trabajadores pero también menos ingresos, lo que les dificulta asumir el incremento de los salarios y las cotizaciones.
El ingreso mínimo vital se mueve entre dos corrientes contrarias: una, proteger a las personas en situación de vulnerabilidad económica; otra, evitar fraudes en su percepción.
El malestar social, tan presente en esta época, no dura ni crece demasiado si no es producto de una injusticia: desempleo, desigualdad, desprotección, precariedad, pobreza…
El mercado de trabajo español tiene un gran volumen de empleo precario, con bajos salarios. El aumento del SMI busca reducir esta desigualdad y aproximar el valor salarial más bajo a la cuantía media.
El trabajo, además de productor de riqueza, es un imperativo moral, al que se añade otra imposición de nuestro tiempo: el crecimiento económico constante. Quizás ha llegado la hora de cambiar de paradigma económico.
Pese al paro, la crisis y las dificultades, los inmigrantes se han quedado en España, apostando firmemente por continuar y sacar adelante sus proyectos de asentamiento.
La pandemia ha puesto sobre la mesa el hecho de que la cooperación entre países facilita la resolución de problemas comunes. Una mayor integración sería una oportunidad de crecimiento y desarrollo para América Latina.
El autor aduce que los problemas del sistema científico en España (precariedad, burocratización…), no se resolverán sin la colaboración profunda de la ciencia con la sociedad y la política,
En los países desarrollados los trabajadores tienen altos niveles de protección, pero ¿somos conscientes de qué condiciones de trabajo esconden los productos que importamos?
La consecución de la sostenibilidad medioambiental es muy urgente y necesaria pero no lo es menos la económica y social. El sufrimiento de los trabajadores atenta contra el progreso económico y erosiona la capacidad de la empresa de prolongar su vida.
Mientras que en España y en sus países vecinos la exclusión social aumenta, en Finlandia disminuye. ¿Dónde está la clave de su éxito? La receta es apostar por políticas públicas y por una actuación temprana.
La igualdad de la mujer, la diversidad, la precarización del empleo, el envejecimiento de la sociedad, la omnipresencia de la tecnología y el desafío medioambiental son los principales ejes de cambio en España desde 1994.
La desigualdad social y la pobreza económica han crecido en los últimos cuarenta años. El deterioro de las condiciones laborales es evidente. España no acaba de levantar cabeza frente a otros países que sí empiezan a superarlo.
Profesor vinculado "ad honorem". Grupo de investigación 'Ciencia, Vida y Sociedad'. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)