Los docentes de hoy no solo deben ser capaces de usar las nuevas tecnologías en la enseñanza, sino que tienen la responsabilidad de transmitir la alfabetización digital a sus alumnos.
La inmensa labor de un orientador educativo se beneficia de las tecnologías de la información que facilitan la comunicación y el acceso a información y herramientas útiles.
Hay tecnologías que pueden tener un impacto positivo y a largo plazo en el aprendizaje y la enseñanza. Pero antes de ponerlas en marcha hay que preguntarse cómo y para qué las usamos.
El reciente informe de la UNESCO dedicado al uso de las tecnologías en la escuela aporta vías para explorar para lograr un uso eficaz y equitativo de las mismas. No recomienda retirarlas.
Daniel Losada, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Las tecnologías digitales no están corrompiendo la educación, pero tampoco la están mejorando. Solo una planificación sosegada hacia una escuela para todos nos puede llevar a un desenlace positivo en su integración.
Interactuar con los estudiantes en redes sociales, bien gestionado, puede servir para promover la motivación y la iniciativa de los estudiantes y un diálogo muy productivo entre estos y el docente.
Superado el confinamiento, los centros escolares regresaron a las clases presenciales tradicionales. Sin embargo, el futuro puede estar en aplicar un aprendizaje mixto virtual y presencial.
La LOMLOE recoge los principios del diseño universal de aprendizaje y la competencia digital como elementos transversales. Sin la adecuada investigación educativa, esto podría ser contradictorio.
En este artículo, publicado originalmente en la revista Telos de Fundación Telefónica, la autora analiza el papel de la tecnología en el mundo del trabajo. Por muy inteligentes que lleguen a ser las máquinas, hay actividades profesionales que difícilmente llegarán a cubrir.
Usar dispositivos, aplicaciones e internet puede ser un aliado para mejorar en todos los aspectos de la escritura: desde la caligrafía y la ortografía hasta la organización de un texto.
Los centros educativos avanzan en la digitalización tras el impulso de la pandemia, aunque aún faltan planes a medio plazo, especialistas y aplicaciones concretas en metodologías y evaluación.
Los docentes tienen un papel importante en el ámbito de las redes sociales. Para ello, tienen que empezar por entender ellos mismos los procesos informativos y la tecnología.
La habilidad para divulgar pasión por la literatura e interés por las novedades literarias de los ‘booktubers’ se puede aprovechar para la formación de los futuros docentes.
Crear contenidos en línea en formato wiki puede convertirse en la manera de mejorar la capacidad de expresión escrita y motivar a la colaboración y el trabajo en equipo.
En Europa y América Latina nos falta espíritu emprendedor, comparados con otros países. La educación es fundamental, y el emprendimiento hoy día no puede entenderse sin competencias digitales.
Los jóvenes deberían comprender cómo funciona la inteligencia artificial para vivir en un mundo cada vez más impactado por ella. Con nuestra propuesta, es posible hacerlo antes de la universidad.
Para un formación docente en tecnologías digitales que evite futuras desigualdades de género es necesario investigar la autopercepción de los futuros docentes y detectar barreras.
Las redes sociales no pueden ser verdaderas ‘plazas públicas’. Menos aún las que tienen un solo dueño y son privadas, como va a ocurrir ahora con Twitter.