Que consumir abundantes frutas y verduras, frutos secos y aceite de oliva tenga tantos beneficios sobre la salud humana se lo debemos fundamentalmente a los polifenoles.
Observar la dieta mediterránea desde un mero punto de vista nutricional es un error. Detrás hay una cultura que evoluciona con el paso del tiempo y a la que dicha dieta debe adaptarse.
¿Qué será más sano, un plato de lentejas o un udon de verduras y tofú? La primera pertenece a la dieta mediterránea, la segunda, a la nipona. Ambas con fama de prolongar la esperanza de vida.
La mala fama que se han ganado las grasas podrían alejarnos este verano de espetos, aguacates y barbacoas. Pero no todas son malas para el organismo. Repasamos las más saludables y las prescindibles.
La carne no es el origen de la proteína en la dieta mediterránea, un patrón del que tenemos un concepto equivocado y, sobre todo, excesivamente plástico.
Iñaki Milton Laskibar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y María Puy Portillo, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
La polémica que ha suscitado la campaña dirigida a reducir el consumo de carne en España deja claro que este es un tema impopular. Sin embargo, las implicaciones del consumo de carne sobre la salud y el planeta son innegables.
Italia y España son dos de los principales productores (y consumidores) de aceite de oliva virgen a nivel mundial. Pero mientras los aceites italianos tienen un IVA del 4% en España es del 10%.
La enfermedad de Crohn es una afección inflamatoria crónica con manifestaciones intermitentes. Con motivo de su Día Mundial, repasamos las dietas con más evidencia científica para paliar los síntomas.
El autor analiza dos indicadores, uno ambiental y otro nutricional, para evaluar las dietas mediterránea, atlántica, nórdica, paleo, vegetariana y vegana.
Algunas de las voces críticas que afirman que Nutri-Score no es útil se basan en argumentos muy discutibles para desacreditarlo: que no tiene en cuenta en su cálculo las vitaminas y minerales, que no apoya la dieta mediterránea o que penaliza el aceite de oliva.
Una buena dieta antiinflamatoria debe incluir probióticos como el yogur y prebióticos como la fibra. Pero también pescado azul y productos frescos de origen vegetal.
En Europa se está imponiendo el Nutri-Score, un etiquetado que utiliza una gradación de colores y letras para representar la calidad nutricional. La pega es que omite nutrientes beneficiosos dentro de la dieta global, como vitaminas, minerales o ácidos grasos esenciales.
El etiquetado Nutri-Score no debería ser implantado porque no permite una dieta sostenible para el planeta ni para la salud humana, no califica negativamente a los ultraprocesados y es demasiado tolerante con los azúcares añadidos.
Comer sano mantendrá nuestro cuerpo en mejor estado para combatir cualquier infección. Además, las dietas ricas en compuestos antiinflamatorios podrían jugar un papel extra contra la pandemia.
Aunque no existen los alimentos milagrosos, la importancia de llevar una dieta equilibrada es indiscutible. A la hora de escoger qué servir a la mesa, esta lista de alimentos saludables puede ayudar.
Hay argumentos biológicos para afirmar que una dieta exclusivamente vegana no solo resulta antinatural en nuestra especie, sino que hay razones fisiológicas de peso que la desaconsejan.
El mayor reto que tenemos por delante los profesionales de la nutrición es ayudar a la población a elegir qué pone en el plato. Ayudan iniciativas como Nutri-score y las aplicaciones escaneadoras de alimentos.
No existe ningún superalimento que por sí solo prevenga
enfermedades, ni mucho menos que las cure. La fibra no es ninguna excepción. Sin embargo, su relación con una buena salud es incuestionable.
Debido a las particularidades agroclimáticas de la región mediterránea, no pueden adoptarse en este entorno las mismas estrategias de reducción de emisiones válidas en otras zonas del mundo.
Profesora Titular de Nutrición y Bromatología - Directora del proyecto BADALI, web de Nutrición. Instituto de Bioingeniería, Universidad Miguel Hernández
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesor en la Universidad del País Vasco. Investigador del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigadora predoctoral del Grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Professeur de physiologie - Adjointe au Directeur d’évaluation des risques, Agence nationale de sécurité sanitaire de l’alimentation, de l’environnement et du travail (Anses)
Profesora y Coordinadora del Grado Nutrición Humana y Dietética. Universitat Rovira i Virgili. Investigadora adscrita al IISPV y al CIBEROBN., Universitat Rovira i Virgili