Frente a la tentación de usar la inteligencia artificial como atajo para no realizar algunas tareas escolares o universitarias, es importante enseñar a los estudiantes a detectar los errores que genera.
Exploramos cómo la omnipresencia de las pantallas impacta en nuestra capacidad de concentración, ofreciendo una perspectiva equilibrada sobre las diferencias entre lectura digital o en papel.
Tres horas de juego al aire libre, una hora como máximo de pantalla o actividad sedentaria, y entre 11 y 14 horas de sueño: las pautas de la OMS son más difíciles de cumplir de lo que parece.
Cada vez más estudios apuntan a que tener el móvil a mano repercute no solo en la capacidad de atención de los estudiantes, sino en su ajuste emocional y conductual.
No todo vale para divulgar en vídeo: hay que tener en cuenta unas reglas básicas para contribuir a que la ciencia se entienda y conozca mejor y evitar los bulos y las confusiones.
Abstenerse de pantallas de manera puntual no provocará cambios duraderos que mejoren el bienestar general. Es más eficaz ser conscientes del uso que hacemos y controlarlo deliberadamente.
El aumento del consumo de pornografía desde edades tempranas plantea preocupaciones sobre el impacto en el desarrollo sexual y psicológico de los jóvenes. Estudios sugieren vínculos entre el consumo de pornografía y la desigualdad de género, el sexismo y la violencia sexual. La regulación del acceso de menores a contenidos pornográficos es esencial.
Estar pegados a una pantalla es una condición casi inesquivable de la vida moderna que dificulta la adecuada lubricación de nuestros ojos. He aquí algunas recomendaciones para que la estrecha relación pantallas-vista sea más amigable.
Más a menudo de lo que nos imaginamos, nos concentramos en la pantalla del móvil más que en quienes están a nuestro lado. En la familia, esto tiene consecuencias.
Las investigaciones en la ciencia del comportamiento abogan por un término medio entre la prohibición de las pantallas y la libertad absoluta. En esta estrategia, la supervisión de las familias resulta decisiva.
Los niños no aprenden a socializar solamente a través de su entorno real. Los contenidos digitales son tan abundantes, inmediatos y sin filtros que rompen el proceso natural de comprensión del mundo.
En internet también somos padres y madres: acordar con nuestros hijos qué tipo de supervisión haremos, evitar el acceso ilimitado a las redes e internet y respetar su intimidad son las claves.
La adolescencia es una etapa clave para el desarrollo del cerebro, que necesita sus horas de sueño para moldearse adecuadamente. El uso excesivo de pantallas agrava la alteración de ese descanso nocturno.
Una nueva investigación revela que los niños con una predisposición genética más acentuada al TEA tienden a utilizar dispositivos durante períodos más extensos desde etapas muy tempranas.
Los niños que nacieron durante la pandemia o que eran muy pequeños cuando estuvimso confinados pueden sufrir retraso en el desarrollo del lenguaje y un desorden en la construcción del apego.
¿Qué implicaciones tiene el uso del teclado para el procesamiento de lo que escribimos? ¿Y qué consecuencias puede tener abandonar la escritura manual durante la etapa escolar?
Internet y las redes sociales han transformado el modo de relacionarse y existir en el mundo, especialmente de los jóvenes. Sin ser necesariamente malo, sí es importante ser conscientes de los riesgos.
Existe una corriente ‘antipantallas’ que achaca muchos de los actuales males de la educación a su uso en las escuelas. Analizamos y desmontamos algunas de estas creencias.
Daniel Losada, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Las tecnologías digitales no están corrompiendo la educación, pero tampoco la están mejorando. Solo una planificación sosegada hacia una escuela para todos nos puede llevar a un desenlace positivo en su integración.
Nuestra competencia lingüística se construye sobre todo en los primeros años de vida. Durante esa etapa, el uso de pantallas puede tener repercusiones buenas y malas que se están estudiando.
Profesora Permanente Laboral e investigadora en epidemiología de la actividad física y la salud. Miembro del grupo de investigación Epidemiology of Physical Activity Across Lifespan (EPAFit) y coordinadora del proyecto SUNRISE en España., Universidad de Sevilla
Investigador senior en epidemiología de la actividad física, el fitness y la salud. Responsable del estudio Internacional SUNRISE en España, Universidad de Sevilla