Cerca de cuatro de cada diez empleados europeos teletrabajan. Esta fórmula, acentuada en los últimos meses por la pandemia de la covid-19, es la punta del iceberg de una forma de trabajar que planteará grandes desafíos.
La vigilancia a los trabajadores a través de la tecnología vulnera sus derechos. Por eso es obligatorio hacerles saber, y que autoricen, ese control. Solo puede ser secreto en circunstancias excepcionales.
A causa del aislamiento social por la pandemia, el espacio digital ha cobrado una centralidad mayor de la que tenía. Esto ha puesto en evidencia desigualdades cimentadas en diversas brechas digitales.
La transformación digital de un modelo de negocio no es solo cuestión de tener más ordenadores, una página web más completa, con carrito de compra o más servidores. Exige también cambiar la forma de crear valor.
La Ley de Teletrabajo recientemente aprobada irá entrando en vigor a medida que concluyan los convenios colectivos que ya regulan el teletrabajo. Este periodo de transición puede llegar a ser de hasta 3 años.
En su acuerdo de diciembre de 2019, la coalición PSOE-Podemos se comprometió a derogar la reforma laboral del gobierno de Rajoy (2012). La pandemia ha alterado los tiempos pero la propuesta está en marcha.
Tras analizar las localizaciones móviles de millones de personas durante la primera ola de la pandemia se confirma que el confinamiento y el teletrabajo reducen drásticamente los contagios.
El primer anteproyecto de Ley del Trabajo a Distancia en España, derivado de la crisis provocada por el nuevo coronavirus, excluye a los empleados públicos. El autor señala las razones que pueden justificar esta decisión.
Los fallos humanos, y no los agujeros de seguridad tecnológicos, son la causa más habitual de los ciberataques. Su prevención tiene que ver principalmente con hábitos personales de seguridad.
La covid-19 y el confinamiento han cuestionado cinco paradigmas: horario y duración, lugar desde el que se trabaja, forma de liderar, la vida laboral en una sola empresa, y el trabajo como desarrollo profesional y personal.
Tras el teletrabajo urgente surgido de la pandemia, se debe fijar la forma de teletrabajo que quieren (y necesitan) empresas y trabajadores, y qué aspectos debe abordar una futura Ley del Teletrabajo.
Andrew Winnard, Northumbria University, Newcastle dan Nick Caplan, Northumbria University, Newcastle
Las malas posturas de quienes trabajan en escritorios son bastante similares a las posturas que los astronautas adoptan naturalmente durante los vuelos espaciales.
La pandemia sigue azotando y no solo a nivel sanitario. En seis meses todos los parámetros vitales (dinero, viajes, trabajo, relaciones, entorno, consumo…) han cambiado en todo el mundo y quizás de forma permanente.
Es más que probable que la crisis altere los procesos de la aviación comercial: desde el redimensionamiento de la oferta y la demanda de viajes hasta la operativa aeroportuaria.
Más allá del confinamiento, el teletrabajo crece. Los recursos disponibles permiten a las empresas organizar, con una mínima infraestructura, grupos de trabajo sin que la distancia sea un obstáculo.
Gran parte de la población cree que dispone de las condiciones idóneas para teletrabajar en casa. Pero ¿es real esta percepción? ¿Y si se tratase de una medida a largo plazo?
El confinamiento nos ha traído una nueva y paradójica modalidad de cansancio: la fatiga de las videollamadas. Abusando de ellas y de las pantallas podemos cansarnos más que cuando salíamos de casa.
Profesor asociado de la Facultad de Ciencias Economicas y Empresariales de la Universidad Pontificia Comillas / Director del Master in Talent Management de Advantere School of management, Universidad Pontificia Comillas
Profesor en el máster en Prevención de Riesgos Laborales. Consultor PRL para Fraternidad Muprespa. Grupo de investigación TR3S-i, Trabajo Líquido y Riesgos Emergentes en las Sociedad de la Información., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Doctora acreditada en Ciencias Sociales. Responsable de la Unidad de Igualdad e Inclusión y Directora del Observatorio de Políticas Familiares. Cátedra Joaquim Molins Figueras Childcare and Family Policies., Universitat Internacional de Catalunya