La Universidad de Granada fue fundada en 1531, siendo continuadora de una larga tradición docente que enlaza con la de la Madraza del último Reino Nazarí.
En Granada hay cuatro Campus Universitarios, además del “Campus Centro”, en el que se integran todos los centros dispersos por casco histórico de la ciudad. A estos campus se suman otros dos en las ciudades de Ceuta y Melilla, en el norte de África.
En la UGR estudian más de 60.000 alumnos de grado y posgrado y otros 10.000 realizan cursos complementarios, de idiomas, de verano, etc. Imparten docencia 3.500 profesores y trabajan más de 2.000 administrativos, técnicos y personal de servicios.
Con la pandemia se han establecido normas para mantener una distancia de seguridad de 1,5 a 2 metros. Esto es algo que va en contra de la separación habitual de 1 metro. Por eso, las primeras interacciones sociales con el nuevo distanciamiento fueron extrañas.
Un estudio sobre prácticas académicas de publicación en el campo de la filosofía desvela cómo la presión por publicar y la evaluación cuantitativa de los investigadores fomentan ciertos vicios no deseables.
Cuando las células del sistema inmunitario reconocen el antígeno por primera vez, la respuesta es lenta e ineficiente. La segunda vez, se generan células de memoria y la respuestas es eficaz. Por eso se vacuna en dos dosis.
Frente a su uso en la cocina de vanguardia, cientos de refranes centenarios guardan los secretos de estos tres líquidos -el agua, el vino y el aceite de oliva- a lo largo de la historia, y lo que ha supuesto su consumo para los distintos perfiles sociales.
Más del 80% de las personas dice haber vivido distorsiones en el paso de los días en el confinamiento. Pero, mientras para la mitad transcurría más lento, a la otra mitad se le pasó volando. ¿Por qué?
Los huesos tienen mucho que decir sobre la alimentación que siguió su dueño en vida. Gracias a esto, la antropología ha podido reconstruir el menú de sociedades pasadas.
El calentamiento global está provocando que muchos animales ectotermos sean cada vez más pequeños. Un menor tamaño les permite resistir mejor las altas temperaturas.
Las respuestas emocionales ante una crisis se habían medido puntualmente. Durante la pandemia, un estudio longitudinal creó una ‘película emocional’ de nuestro estado anímico a través de los móviles.
La intolerancia religiosa también existió en la Antigüedad, incluso en sociedades politeístas como la griega y la romana donde convivían varias creencias. Los casos de Sócrates e Hipatia de Alejandría así lo demuestran.
El humor agresivo en las redes sociales ha llamado la atención de la psicología. Investigadores intentan dibujar la personalidad de los llamados troles y su relación con la personalidad oscura.
La aplicación Radar Covid es tecnológicamente muy buena y podría ayudar a controlar la pandemia. Sin embargo, de momento no ha conseguido el necesario número de descargas para obtener resultados. ¿Dónde está el fallo?
La calidad y disponibilidad de los datos relacionados con la pandemia han supuesto un quebradero de cabeza para investigadores y administraciones desde el primer momento. Sin embargo, la confusión de términos también ha provocado su malinterpretación y, en consecuencia, la confianza del público se ha visto dañada.
No es descabellado pensar que los estallidos de violencia negacionista de los últimos días guarden relación con el aumento de la polarización afectiva en la opinión pública española. Hay razones para estar preocupados.
La ciencia le ha dado la razón a los niños. Ni eran grandes transmisores del virus ni ir al colegio era para ellos más perjudicial que beneficioso durante el confinamiento. Ahora lo sabemos y es el momento de impedir que vuelva a ocurrir: la infancia no puede volver a ser la gran perjudicada de la pandemia.
Es prioritario incorporar estrategias en la atención sanitaria y pediátrica que, además de velar por los enfermos, permitan cuidar a la persona que cuida.
Desde que irrumpió la pandemia de COVID-19, los profesionales sanitarios de los hospitales han aprendido mucho, ayudados por la gran difusión de las investigaciones sobre la enfermedad.
Los sistemas conversacionales, como Siri y Alexa, deben superar diversos desafíos relacionados con la complejidad del lenguaje para comprender lo que decimos y generar una respuesta adecuada.