Las llamas vuelven a devorar millones de hectáreas en distintas zonas del planeta. Factores como la atmósfera desecante, las olas de calor y la simultaneidad de focos hacen imposible la extinción.
Cortafuegos en Sierra Nevada.
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Los cortafuegos están diseñados para los incendios de los años 60 del siglo pasado. Los incendios de sexta generación, que generan verdaderas tormentas ígneas, han de ser abordados con otras técnicas.
Imagen nocturna de un incendio en la provincia española de Guadalajara.
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Urge intervenir en el entorno natural para poner freno a los grandes fuegos que se multiplican exponencialmente por el planeta. Así lo expone la autora, especialista en gestión de los recursos naturales y miembro del Comité Español del Programa Hombre y Biosfera de la UNESCO.
El pinsapo, un abeto reliquia y endémico del sur de España.
Enrique Salvo Tierra
El cambio climático está incrementando los incendios forestales, poniendo en riesgo ecosistemas antiguos como los pinsapares. Las nuevas tecnologías pueden ayudarnos a protegerlos.
Incendios forestales en Australia vistos desde el espacio en foto satelital de Copernicus Sentinel.
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Se llama incendios de sexta generación a los fuegos de grandes dimensiones difíciles de extinguir. Para estimar los daños que dejan y regenerar la zona se usan imágenes de satélite y otras herramientas tecnológicas.
Valle de Unarre, en el Parc Natural de l'Alt Pirineu.
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¿Es malo talar árboles? ¿Son siempre dañinos los incendios? ¿Hay que limpiar los bosques? Algunas falsas creencias forestales impiden que se haga una correcta gestión de la naturaleza para conservarla.
Reforestación en el Valle de Miera (Cantabria, España).
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Agustín Rubio Sánchez, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) and Rafael Calama Sainz, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)
Alrededor de un tercio de las emisiones antropogénicas de CO₂ son absorbidas por los ecosistemas terrestres, principalmente por las masas forestales.
Efecto de la acción combinada de la nieve y el viento por Filomena.
Luis Alberto Díaz Galiano
La nieve y el viento del temporal provocaron importantes destrozos en los bosques urbanos. Su vulnerabilidad era mayor debido a factores como las podas, la disposición de las ramas o el insuficiente espacio para las raíces.
Bosque de Oma, en la Reserva de la Biosfera Urdaibai, Bizkaia. Las pinturas son obra de Agustín Ibarrola entre los años 1982 y 1985.
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Agustín Rubio Sánchez, Universidad Politécnica de Madrid (UPM) and Rafael Calama Sainz, Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA - CSIC)
Los habitantes de las ciudades y del medio rural entienden las masas forestales de diferente manera. El mismo bosque puede verse como un ornamento natural, una fuente de ingresos o un refugio de biodiversidad.
Sierra de Árcena, entre Vitoria y Burgos (España).
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Arturo Elosegi, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
La crisis climática y la pandemia del coronavirus son episodios de una crisis mucho más profunda, que es la crisis medioambiental, la del modelo de crecimiento de la sociedad.
Vista aérea de un bosque mixto del sur de los Pirineos.
Andrés Abrego
Incrementar el número de especies de las masas forestales y potenciar su crecimiento allí donde sucede de forma natural contribuye a aumentar la resiliencia de los bosques ante alteraciones ambientales.
En un contexto de cambio climático, proteger la salud de las plantas es clave para conservar la biodiversidad, luchar contra la pobreza y evitar la difusión de enfermedades.
Imagen reciente de las alertas de incendios.
Global Forest Watch
Diferentes incendios están afectando a los grandes humedales y cuencas de grandes ríos de Sudamérica, perjudicando la biodiversidad, el ciclo hidrológico, los balances de CO₂, el clima e incluso la salud de la humanidad.
Australia está sufriendo una de sus peores temporadas de incendios forestales debido a una combinación de temperaturas elevadísimas y meses de severas sequías. El cambio climático tampoco es ajeno a la catástrofe.
Pinares en el Parque Regional de Sierra Espuña (Murcia).
Juan Vilata/Shutterstock
Para evaluar una reforestación debemos comprobar si ha cumplido su objetivo principal que puede ser productivo, de restauración hidrológica, de incremento de la biodiversidad o de captura de carbono.
La restauración de ecosistemas no tiene que basarse en tópicos. No por plantar árboles estamos ayudando a recuperar un ecosistema, puede ser hasta contraproducente.
En situaciones de crisis, las administraciones públicas usan las redes sociales para informar, colaborar con los afectados y alertar a la población sobre posibles riesgos.
Profesor en el Departamento de Ciencia y Tecnología Agroforestal y Genética de la E.T.S.I. Agrónomos y de Montes de Albacete, Universidad de Castilla-La Mancha
Profesora de la Universitat Politècnica de Catalunya, investigadora del Centre d'Estudis del Risc Tecnològic y coordinadora del proyecto WUIVIEW, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech