El estrés puede provocar un desequilibrio en la microbiota y aumentar la permeabilidad de la barrera intestinal, favoreciendo que ciertos componentes bacterianos pasen a la sangre y alcancen el cerebro
Funerales de soldados ucranianos muertos durante la invasión rusa a Ucrania, en el cementerio de Lychakiv, en la ciudad de Lviv, el 9 de marzo de 2022.
Shutterstock / Bumble Dee
Nos encontramos con un pueblo ucraniano que ha sido agredido externamente, con fe en la victoria y están dispuestos a luchar por ella. Pero ¿qué repercusiones podría tener sobre su salud mental?
Si buscamos en Instagram los términos ansiedad o depresión, la red social pondrá a nuestra disposición diferentes recursos de salud mental. ¿Son útiles? ¿Acudiría a ellos para gestionar sus emociones?
A la generación milenial y a la Z se les ha denominado la generación deprimida. ¿Por qué? ¿Han tenido más problemas que solventar? ¿O simplemente reconocen su malestar sin miedo a ser juzgados?
No hay duda de que es imprescindible el aislamiento de personas infectadas por covid-19. Pero es discutible la respuesta que dimos al desgarro de quienes quedaron desconectados de sus seres queridos.
La alimentación está relacionada con nuestra salud mental. Cuanto más saludable es la dieta, menor es el riesgo de caer en las garras de la depresión. Diversos estudios lo corroboran, sobre todo asociados a la dieta mediterránea.
La capacidad de ponernos en el lugar de los otros es vital en la adolescencia, cuando se afianzan la personalidad social y la dimensión íntima. El acoso escolar impacta negativamente en su desarrollo.
A pesar de que la imagen que hoy en día se tiene de la salud mental ha evolucionado, seguimos enfrentándonos a problemas de estigmatización y aislamiento de quienes sufren patologías relacionadas. Esta vez a causa de un ‘autodiagnóstico’.
Un fotograma de No mires arriba (Adam McKay, 2021) con el personaje Kate Dibiasky a la derecha.
Netflix
Las protagonistas de ‘Ron da error’ y ‘No mires arriba’ ejemplifican los efectos de la viralidad y la desinformación en los jóvenes. Hay que protegerlos con autoestima, conocimiento y responsabilidad.
Actuar ante la presencia de las primeras señales depresivas de un niño o niña es positivo para que el problema no se agrave. Hay algunos comportamientos que podrían alertarnos.
Esta pandemia ha sido caldo de cultivo para el desarrollo de nuevas fobias y ha supuesto un aumento alarmante de los trastornos mentales en personas vulnerables o con predisposición.
Es posible que niños y adolescentes somaticen sus preocupaciones y experimenten dolores coporales. Aunque el origen no sea físico, el malestar es real en la gran mayoría de los casos.
La salud mental de nuestros adolescentes es una corresponsabilidad social. Debemos contribuir a reducir el sufrimiento y, con ello, los pensamientos y los intentos de suicidio.
La pandemia nos ha hecho pagar un importante peaje psíquico. Vivir confinados, inmersos en la incertidumbre, perdiendo seres queridos y trabajo, ha hecho flaquear la salud mental. Tanto hemos hablado de ella que parece que ha empezado a evidenciarse el peso que tiene.
Vacaciones, reuniones sociales, regalos, atracones, celebraciones. Si tras recrear esta imagen en su cabeza siente agobio, es posible que esté experimentando estrés por la navidad. Pero hay formas de gestionarlo.
A mayor riesgo de pobreza o exclusión social, más síntomas de problemas de salud mental en la infancia. El estrés y el perfil parental, así como el contexto físico del barrio, también influyen.
Con casi cuatro mil fallecimientos en 2020 el suicidio fue la primera causa de muerte externa en España en 2020. Sepamos cómo detectar posibles tentativas de suicidio entre nuestros allegados con algunas señales evidentes.
Los parques y espacios verdes son una oportunidad para cuidar nuestra salud y proporcionan una vía para proteger el planeta, de forma que podamos ser felices durante más tiempo en un medio habitable.
Los problemas psicológicos aumentan en la infancia y la adolescencia, y los colegios e institutos son los mejores lugares donde detectarlos. Hacen falta más profesionales ahora que los menores son más vulnerables.
La adolescencia se consideraba una etapa vulnerable para el desarrollo de conductas de riesgo para la salud. Sin embargo, necesitamos intervenciones centradas en resultados positivos de su desarrollo.
Doctor en Psicología Clínica. Director del Máster en Gerontología y Atención Centrada en la Persona (Universidad Internacional de Valencia), Universidad Internacional de Valencia
Profesora de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia - Codirectora de la Cátedra VIU-NED de Neurociencia global y cambio social - Miembro del Grupo de Investigación Psicología y Calidad de vida (PsiCal), Universidad Internacional de Valencia
Doctor en Psicología, Master en Neurociencias y Biología del Comportamiento. Profesor de postgrado y director de TFM en la Universidad Internacional de La Rioja y en la, Universidad Internacional de Valencia