El Partido Comunista Chino trata de lavar su imagen a través de vastas donaciones de material sanitario en Europa, África y Estados Unidos para mitigar los efectos del coronavirus. Sin embargo, la “diplomacia de mascarillas” puede volverse en su contra.
El nuevo escenario que resulte de la actual crisis global está aún por definir. Se trata de una oportunidad histórica para transformar nuestras sociedades. En particular, en el futuro de la UE será clave el grado de solidaridad interestatal que ahora se acuerde.
Si internet ya estaba cambiando el mundo, ha tenido que ser una pandemia la que nos ha puesto definitivamente frente al espejo, con nuestras virtudes y miserias.
En plena pandemia del coronavirus, el FMI acaba de publicar un informe demoledor sobre las previsiones económicas mundiales. Paradójicamente, parece que serán los países menos desarrollados los que logren recuperar antes la senda del crecimiento. La economía española resulta de las peor paradas.
El efecto de la COVID-19 en las cadenas de suministro ha sido como ondas dibujadas en el agua al lanzar un guijarro: la China industrial, luego Japón y Corea del Sur y ahora las empresas de EE.UU. y Europa.
En los países desarrollados los trabajadores tienen altos niveles de protección, pero ¿somos conscientes de qué condiciones de trabajo esconden los productos que importamos?
El COVID-19 está afectando todo lo que se pone a su paso: desde nuestra salud, hasta las estructuras económico-sociales de nuestras regiones, llegando a poner en duda también los principios más elementales de nuestras democracias
Ante las dudas sobre el futuro que dejará la pandemia a España e Italia, solo existe la certeza de la gestión china de la crisis y la necesidad de contener la propagación del virus.
Xavier Ginesta, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya
Con la expansión del coronavirus, peligran las cifras de vértigo de la industria deportiva, especialmente las del fútbol, pero se podría equilibrar la relación Occidente-Oriente en la toma de decisiones a nivel geopolítico.
En un momento en el que las bolsas se tiñen de rojo y los actores económicos prevén un futuro negro e incierto, el autor propone dar una oportunidad a la esperanza.
La globalización puede tener efectos negativos muy graves en el plano económico si los países afectados no logran articular una respuesta adecuada al coronavirus.
A medida que los costes humanos de la epidemia del virus Covid-19 siguen aumentando, el virus también está pasando factura a la economía mundial, con la interrupción de las cadenas de suministro en una amplia variedad de industrias.
El cierre de las fronteras comerciales chinas está afectando a la cadena de distribución de productos. Curiosamente, alimentos como el ajo cordobés se están beneficiando de la crisis.
En la información relativa al coronavirus ha habido fake news, pero también intentos de contextualizar los hechos y dar pautas de conducta proporcionadas. ¿Por qué ganan la partida las primeras?