Una multinacional tributa en el país donde tiene sucursales o tiendas, pero esta premisa no encaja en el mundo digital, donde se puede estar presente en un país sin tener ninguna presencia física.
Los fondos europeos de recuperación son indispensables para la economía española. Pero quizás las transferencias no sean suficientes y acudir a los créditos aumentaría una deuda pública ya desmesurada.
España debe realizar cambios profundos que le permitan seguir el ritmo a países como Suecia, que lidera la innovación en Europa, o Portugal, que se ha convertido en líder en innovación en PYMES.
Solo se conocen las líneas generales del Plan de Recuperación presentado por el Gobierno de España, así que todavía no se puede cuantificar su impacto en el PIB, ni si permitirá alcanzar los 800 000 empleos prometidos.
Una pequeña aplicación desarrollada por el autor muestra la hora del amanecer y anochecer para distintas ciudades con horario de verano permanente y con cambio de hora.
Esta es la primera vez que los países del norte aceptan una emisión conjunta de deuda y que, además, los recursos obtenidos se repartan, al menos en parte, mediante transferencias.
El Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático se alinea con las nuevas políticas europeas que vinculan la mitigación del calentamiento global con las políticas de recuperación pos-COVID-19.
El Gobierno ha anunciado la suspensión de las reglas fiscales para los gobiernos locales y autonómicos. Sin objetivos de déficit, ni de deuda pública, ni regla de gasto, solo habrá “valores de referencia”.
Los planes estratégicos nacionales son la principal innovación de la nueva PAC. Con ellos, la UE dota a los Estados de un instrumento que les permite hacer su propio diagnóstico del sector.
La inversión en energía renovable y la promoción de vehículos eléctricos no son suficientes para limitar el calentamiento global. Necesitamos un cambio socioeconómico que no podemos demorar más.
Según algunos analistas, las guerras comerciales, la inestabilidad política, las oscilaciones en los precios, una mayor desigualdad, el empeoramiento del estado del bienestar, el cambio climático y la irrupción de nuevas tecnologías, todo sucediendo al mismo tiempo a nivel mundial, abocan al inicio de un nuevo periodo económico: la era del desorden.
La transformación digital de un modelo de negocio no es solo cuestión de tener más ordenadores, una página web más completa, con carrito de compra o más servidores. Exige también cambiar la forma de crear valor.
Al igual que en los EE.UU., en Europa hay un contramovimiento negacionista del cambio climático, que difunde mensajes contrarios a la acción climática para influir en la opinión pública y la política.
Un euro fuerte aleja el riesgo de inflación pero esconde peligrosas trampas: los productos de la zona euro se encarecen frente a los estadounidenses, perjudicando así a los exportadores europeos.
Tras el incendio del campo de refugiados de Moria, Europa ha de trabajar unida, con respuestas comunes y solidarias, con un modelo de integración y arraigo, y respetando el derecho universal de las personas que solicitan asilo.
El fondo europeo de recuperación busca reactivar las economías europeas tras la pandemia. Pero una mala gestión de estos recursos podría aumentar las desigualdades entre el norte y el sur.
Profesor de Investigación. Grupo "Filosofía Social y Política" (FISOPOL). Jefe del Departamento de Filosofía Teórica y Práctica, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)
Anthropologue et démographe, professeur émérite au Muséum national d’histoire naturelle et conseiller de la direction de l'INED, Muséum national d’histoire naturelle (MNHN)