La calidad y disponibilidad de los datos relacionados con la pandemia han supuesto un quebradero de cabeza para investigadores y administraciones desde el primer momento. Sin embargo, la confusión de términos también ha provocado su malinterpretación y, en consecuencia, la confianza del público se ha visto dañada.
Enrique Álvarez Lacalle, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech; Clara Prats, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech y Martí Català Sabaté, Universitat Politècnica de Catalunya - BarcelonaTech
¿Es preciso crear un sistema para publicar los datos en la calidad, el formato, resolución espacial, temporalidad, etc. adecuados para seguir la evolución de esta y otras posibles pandemias futuras?
Los fallos humanos, y no los agujeros de seguridad tecnológicos, son la causa más habitual de los ciberataques. Su prevención tiene que ver principalmente con hábitos personales de seguridad.
La biometría supone nuevos riesgos y retos asociados a la privacidad e intimidad. Los rasgos faciales usados para identificar a individuos a través de cámaras se consideran datos personales.
Muchas aplicaciones ofrecen la posibilidad de iniciar sesión con una cuenta de Google o Facebook.
Shutterstock/Roman Pyshchyk
Si bien es más cómodo que crear una nueva cuenta en cada web o 'app' que utilizamos, iniciar sesión a través de algún proveedor externo como Facebook o Google supone riesgos para la privacidad.
El uso de datos en actividades relacionadas con la inteligencia artificial, y con la industria 4.0 en particular, resulta imprescindible y debe cumplir con algunos requisitos: ser variados, contar con un volumen suficiente, manejarse con una velocidad suficiente y ser actuales. Además, urge una política económica y un marco legal claros.
La mayoría de las comunidades autónomas ha llegado a acuerdos con Google o Microsoft para usar sus plataformas educativas. ¿A qué tipo de información tienen acceso? ¿Existen alternativas?
La estadística forma parte de la vida, pero no se enseña en los colegios. Curiosamente, en las pruebas PISA de matemáticas, aproximadamente una cuarta parte corresponde a ejercicios de estadística. Por eso, concursos como Incubadora de Sondeos y Experimentos han surgido para despertar el interés por esta materia fundamental.
Los proveedores de contenidos como Netflix, Google, Facebook y Amazon aprovechan la infraestructura de los operadores de internet sin pagar sus costes. Lo hacen amparados por la regulación europea.
Es una buena oportunidad para que el sector público y privado hagan un esfuerzo creando bases de datos abiertas. La falta de datos y análisis genera políticas incorrectas.
La participación de la ciudadanía y la precisión de la localización son dos factores importantes que limitan la implantación de tecnologías para monitorizar a la población con datos móviles.
Bajo la superficie de las palabras digitales laten interesantes sistemas de marcado semántico para que las máquinas entiendan mejor sus significados.
Adonyi Gábor / PxHere
Creamos contenidos para influir sobre personas, pero tenemos que pasar previamente por el filtro de la máquina. Todo lo que escribimos y la manera en la que interactuamos en la red alimenta el poder de las grandes tecnológicas como Google, Facebook, Apple y Amazon.
En la Red, los datos se separan en paquetes y viajan entre el remitente y el destinatario utilizando dispositivos intermedios, pero no siempre siguen el camino más corto.
¿Debemos aceptar que se compartan los datos que los robots de limpieza recogen en las viviendas? ¿Qué límites se deben imponer? ¿Qué mecanismos tenemos para ejercer nuestros derechos?