Doctora en matemáticas por la Universidad de Harvard, esta prestigiosa analista ha hecho de los datos y los algoritmos un arma de activismo social. Es una voz autorizada para cuestionar el constante uso de de modelos matemáticos para analizar el momento presente.
Las autoridades pueden utilizar programas para predecir la propagación de enfermedades, detectar fraudes o congestiones en carreteras. Pero deben tener en cuenta cuestiones éticas, como la privacidad.
Los fallos humanos, y no los agujeros de seguridad tecnológicos, son la causa más habitual de los ciberataques. Su prevención tiene que ver principalmente con hábitos personales de seguridad.
Por mucho que estudiemos la aplicación, no logramos conocer factores como el destino de los datos, qué se hace con ellos o durante cuánto tiempo se almacenan.
Mucho cuidado: cuanta más información se comparte en la red, mayor es la exposición del menor a riesgos como el robo de datos, el acoso escolar o cibernético, la suplantación de identidad, o de consecuencias negativas en su futura vida personal o profesional.
Un estudio de IE University muestra que los europeos nos hemos vuelto más tolerantes con el uso de datos personales por la crisis sanitaria. Este cambio de actitud abre nuevos debates sobre privacidad.
Promotores de Radar Covid en las calles de San Sebastián de La Gomera.
Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Vicepresidencia de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Gobierno de España.
La tecnología puede ayudarnos a combatir los nuevos brotes de coronavirus. El programa piloto español Radar Covid prueba un sistema basado en 'bluetooth' en las Islas Canarias.
La biometría supone nuevos riesgos y retos asociados a la privacidad e intimidad. Los rasgos faciales usados para identificar a individuos a través de cámaras se consideran datos personales.
Muchas aplicaciones ofrecen la posibilidad de iniciar sesión con una cuenta de Google o Facebook.
Shutterstock/Roman Pyshchyk
Si bien es más cómodo que crear una nueva cuenta en cada web o 'app' que utilizamos, iniciar sesión a través de algún proveedor externo como Facebook o Google supone riesgos para la privacidad.
El internet de las cosas y las aplicaciones móviles son un recurso valioso en la lucha contra la pandemia, pero también son un arma de doble filo en la que la privacidad no puede ser olvidada.
La tecnología puede ser una herramienta clave para mejorar el control y el conocimiento de la pandemia, pero no debemos confiar la solución de una situación tan compleja únicamente a ella.
La mayoría de las comunidades autónomas ha llegado a acuerdos con Google o Microsoft para usar sus plataformas educativas. ¿A qué tipo de información tienen acceso? ¿Existen alternativas?
Las tecnologías basadas en pruebas de conocimiento cero permiten ceder ciertos atributos de los datos, sin revelar toda la información. Por eso respetan la privacidad.
La participación de la ciudadanía y la precisión de la localización son dos factores importantes que limitan la implantación de tecnologías para monitorizar a la población con datos móviles.
Skype, Zoom o WhatsApp: todas las aplicaciones de videollamada tienen vulnerabilidades. El usuario debe tener en cuenta diferentes factores para elegir la más adecuada según sus necesidades.
Vigilar los remitentes de los correos y no descargar aplicaciones de origen desconocidos son algunas de las claves para evitar que roben nuestra información sensible, o la de nuestra empresa.
Experto en Inteligencia Artificial y Data para el Desarrollo, Acción Humanitaria y Gobernanza público-privada. Experto en innovación digital Biomédica @dpastoresc, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)