Ciertos rasgos físicos, como el tipo de fibra muscular o el tamaño de los músculos, pueden verse influidos por los genes y afectar al rendimiento deportivo. Pero la genética no lo es todo
En 1983 Barbara McClintock se convirtió en la primera y única mujer en ganar en solitario el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento en el genoma del maíz de los “genes saltarines”.
Recreación de un mamut en primer plano y dinosaurios al fondo, en el parque de dinosaurios de Atenas (Grecia).
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Con la aparición de nuevas herramientas genéticas ha vuelto a coger impulso el viejo sueño de ‘resucitar’ especies extinguidas. Pero las dificultades científicas de la tarea siguen siendo formidables.
Charles Darwin (izquierda) y Gregor Mendel (derecha).
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La hipótesis de si Darwin leyó el trabajo del fraile agustino es atractiva porque hubiera acelerado el desarrollo de la biología moderna. Por desgracia, no hay ninguna evidencia de que así fuera.
Las mujeres tienen más riesgo de morir por infarto de miocardio que los hombres, y una de las causas es que sufren síntomas diferentes. Una alteración genética podría estar en el origen de esta discrepancia.
La medusa inmortal ‘Turritopsis dohrnii’ es capaz de escapar de la muerte. Las claves moleculares implicadas en su longevidad han sido desveladas por investigadores de la Universidad de Oviedo.
Réplica de los bisontes de la Cueva de Altamira (Cantabria, España).
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Este tipo de proyectos chocan a veces con criterios que priorizan la integridad genética de los supervivientes.¿Puede abocar el exceso de celo a la extinción de la especie?
Las sustancias psicoactivas tienen consecuencias negativas bien conocidas para la salud. Pero también pueden cambiar la expresión genética de los usuarios y de sus hijos. He aquí cómo.
Todos encontramos parecidos entre el carácter de padres e hijos, pero ¿hasta qué punto obedecen a la hererencia biológica? ¿Qué papel desempeñan el ambiente y las experiencias?
Ceremonia de inauguración del monumento a Gregor Mendel en Brno en 1910.
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Este monje checo fundó los pilares de la genética gracias a sus experimentos con guisantes. Sin embargo, sus descubrimientos fueron ignorados durante largo tiempo.
Lluís Montoliu, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC)
Que los hombres mueran antes que las mujeres no tiene que ver con su profesión. Tampoco con su predisposición a las infecciones. Lo que hace que haya más viudas es la pérdida del cromosoma Y en células de la sangre masculina al envejecer.
Nuevas investigaciones apuntan a que no hay razas caninas más o menos violentas por naturaleza. La responsabilidad de los dueños marcaría la diferencia.
¿Por qué nos encantan ciertas comidas y otras las aborrecemos? Nuevos estudios indican que, al margen del ambiente y la educación, existe una fuerte predisposición congénita en nuestros gustos.
Adaptar los tratamientos y las estrategias de prevención a las características biológicas únicas de cada paciente y su enfermedad es el objetivo de esta disciplina emergente de la medicina.
Lluís Montoliu, Centro Nacional de Biotecnología (CNB - CSIC)
La variedad de razas caninas actuales es producto de dos siglos de intervención humana, que a menudo ha seleccionado caracteres por extravagancia o supuesta estética. Un 15 % de las razas de perros actuales desarrolla alguna enfermedad congénita más o menos grave.
Quizás las palabras, por sí solas, no pueden cambiar el mundo. Pero la conversación sí tiene el superpoder de transformarlo. Lluís Montoliu, Charo Rueda y José M. Bermúdez de Castro nos ofrecen argumentos a favor de esta hipótesis en el cuarto aniversario de la edición en español de The Conversation.
Los relojes epigenéticos son análisis moleculares que cuantifican con bastante precisión el envejecimiento, el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas e, incluso, el riesgo de morir.
Profesor del Área de Genética, Universidad de Málaga. Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular. Coordinador Encuentros con la Ciencia-Málaga, Universidad de Málaga