Un químico explica cómo la estructura de los folículos pilosos, el código genético y factores ambientales como la humedad influyen en el comportamiento diario del cabello.
Esta nueva disciplina estudia cómo puede influir la genética del paciente en la eficacia de los psicofármacos (que fallan hasta en la mitad de los casos) y promete afinar su puntería.
La atrofia muscular espinal, que sufre el autor del artículo, es una de las enfermedades genéticas con mayor mortalidad asociada. Y también la más cara de curar, lo que no le quita su “encanto especial” a nivel molecular.
Representación en 3D del tiktaalik, un pez caminante extinguido.
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Cuando uno piensa en la evolución humana, es muy probable que se imagine a chimpancés colgados de los árboles. Pero los humanos, junto con los osos, los lagartos, los colibríes y el Tyrannosaurus rex, somos en realidad peces de aletas lobuladas.
Cabeza momificada de doña Leonor de Castilla.
Pastor et al. 2021. Natural mummifications in Castile & Leon (Spain). European Journal of Anatomy 25: 221–32.
Descubrimos cuál era el aspecto físico, el color del cabello, piel y ojos de la infanta Leonor de Castilla, una de las hijas del rey Alfonso X el Sabio, cuya apariencia era desconocida hasta ahora.
Este importante hallazgo no solo permite conocer mejor los mecanismos bioquímicos de la obesidad, sino que también abre la puerta a desarrollar tratamientos que favorezcan la expresión del gen identificado.
Junto con las calorías y los nutrientes, los alimentos pueden influir en los diseños genéticos que determinan quién es usted.
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Ciertos rasgos físicos, como el tipo de fibra muscular o el tamaño de los músculos, pueden verse influidos por los genes y afectar al rendimiento deportivo. Pero la genética no lo es todo
En 1983 Barbara McClintock se convirtió en la primera y única mujer en ganar en solitario el Premio Nobel de Medicina por el descubrimiento en el genoma del maíz de los “genes saltarines”.
Recreación de un mamut en primer plano y dinosaurios al fondo, en el parque de dinosaurios de Atenas (Grecia).
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Con la aparición de nuevas herramientas genéticas ha vuelto a coger impulso el viejo sueño de ‘resucitar’ especies extinguidas. Pero las dificultades científicas de la tarea siguen siendo formidables.
Charles Darwin (izquierda) y Gregor Mendel (derecha).
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La hipótesis de si Darwin leyó el trabajo del fraile agustino es atractiva porque hubiera acelerado el desarrollo de la biología moderna. Por desgracia, no hay ninguna evidencia de que así fuera.
Las mujeres tienen más riesgo de morir por infarto de miocardio que los hombres, y una de las causas es que sufren síntomas diferentes. Una alteración genética podría estar en el origen de esta discrepancia.
La medusa inmortal ‘Turritopsis dohrnii’ es capaz de escapar de la muerte. Las claves moleculares implicadas en su longevidad han sido desveladas por investigadores de la Universidad de Oviedo.
Réplica de los bisontes de la Cueva de Altamira (Cantabria, España).
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Este tipo de proyectos chocan a veces con criterios que priorizan la integridad genética de los supervivientes.¿Puede abocar el exceso de celo a la extinción de la especie?
Las sustancias psicoactivas tienen consecuencias negativas bien conocidas para la salud. Pero también pueden cambiar la expresión genética de los usuarios y de sus hijos. He aquí cómo.
Todos encontramos parecidos entre el carácter de padres e hijos, pero ¿hasta qué punto obedecen a la hererencia biológica? ¿Qué papel desempeñan el ambiente y las experiencias?
Ceremonia de inauguración del monumento a Gregor Mendel en Brno en 1910.
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Este monje checo fundó los pilares de la genética gracias a sus experimentos con guisantes. Sin embargo, sus descubrimientos fueron ignorados durante largo tiempo.
Profesor del Área de Genética, Universidad de Málaga. Vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular. Coordinador Encuentros con la Ciencia-Málaga, Universidad de Málaga